Si se quiere lograr la reducción de 45% en las emisiones globales para 2030 será necesario que los compromisos estén sobre la mesa para fin de 2020
Las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) deben llegar a un tope máximo en 2020. Sólo así será posible limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados, según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (Ipcc, por sus siglas en inglés).
Para evitar que el aumento en la temperatura del planeta supere 1,5 grados centígrados respecto a la era preindustrial, será necesario reducir las emisiones globales de dióxido de carbono en 45% para 2030, esto según afirmó el Ipcc en su informe de octubre del 2018.
Sin embargo, los pasos decisivos en ese recorte de emisiones de CO2 deben tener lugar antes de finales del año próximo, de acuerdo a los observadores.
La idea de que 2020 es un plazo decisivo fue mencionada ya en 2017 por uno de los principales científicos climáticos del mundo.
Joachim Schellnhuber, fundador y ahora director emérito del Instituto Potsdam del Clima, en Alemania, comunicó: «La matemática del clima es brutalmente clara» (…) «El mundo no puede ser sanado en pocos años, pero podría estar fatalmente herido de negligencia en 2020».
La sensación de que el fin de 2020 es una oportunidad límite en términos de cambio climático es cada vez más clara.
Por otra parte, el Príncipe Carlos de Inglaterra, dio a conocer su preocupación ante los cancilleres de países de la Mancomunidad Británica «Creo firmemente que los próximos 18 meses decidirán nuestra habilidad para mantener el cambio climático en niveles que permitan la supervivencia y asegurar la restauración del equilibrio necesario en la naturaleza para sobrevivir», indicó.
¿Por qué son tan cruciales los próximos 18 meses?
En el Acuerdo de París sobre cambio climático de 2015 los países firmantes se comprometieron a mejorar sus planes de recortes de emisiones para fines del próximo año 2020
Un punto importante del informe del Ipcc de octubre de 2018 era que las emisiones globales de CO2 deben llegar a un tope máximo y comenzar a bajar para 2020.
Pero los compromisos actuales de los Gobiernos, lejos de garantizar ese límite seguro, conducirán a un incremento de 3 grados para fin de siglo.
Los planes de los Gobiernos suelen estipularse en marcos temporales de 5 o 10 años y por ello, si se quiere lograr la reducción de 45% en las emisiones globales para 2030, será necesario que los compromisos estén sobre la mesa para fin de 2020.