Una mascota enferma tiende a afectar negativamente el humor y estado de ánimo de todos los miembros de la familia
En Italia, una mujer tuvo permiso por 2 días para faltar a su trabajo con el objetivo de cuidar de su mascota. Ana, debía cuidar a su perrita Cucciola de 12 años de edad, que requería de una operación urgente y cuidado post-operatorio.
Respaldada por su buen desempeño y labor en la biblioteca de la Universidad La Sapienza de Roma, Ana, solicitó formalmente unos días de permiso para cuidar de su mascota. Sin embargo, sus superiores negaron inmediatamente tal petición.
Ante la estresante situación que vivía con su mascota, Ana faltó a su trabajo para cuidar de su perrita, conociendo las posibles repercusiones tras esta decisión. Luego de su regreso a la biblioteca sus jefes le informaron sobre el descuento de pago por los días que faltó, ya que no contaba con una excusa válida para faltar.

Ana, acudió a la Asociación Protectora de Animales de Italia, donde presentó su caso, y recibió la ayuda y guía de Gianluca Felicetti, presidente de la organización, quien le indicó que renunciar al cuidado de su mascota representaba un delito, por lo que su falta representó una falta justificada que debía ser remunerada.
Considerando que según algunas sentencias del Tribunal Supremo del país, el no brindar cuidados a una mascota se considera delito de abandono y trato inadecuado. Lo cual puede conllevar a una pena de hasta un año en prisión y multas que van desde 1.000 hasta 10.000 euros por abandono.

Con esta información y en compañía de Felicetti, Ana, logró que sus jefes le retiraran la falta además de reconocer sus 2 días de ausencia como remunerables.






