La presidenta del organismo cuenta cómo fue el rescate del peludo que se convirtió en su animal de compañía, en un gran trabajador de la institución y en una celebridad por ser «el perro de los lentes»
En el año 2014 los trabajadores de la Misión Nevado recibieron un reporte para el rescate de dos perritos que se encontraban en muy mal estado de salud en las adyacencias de la estación del metro cable San Agustín (Caracas), al presentarse en el lugar, encontraron que eran dos hermanos, uno de ellos mostraba síntomas de distemper (moquillo), alto grado de desnutrición y problemas en la piel (sarna); el otro (Batman) tenía tumor de sticker y una miasis (gusanera) en su cola.

Los rescatistas trasladaron a los peludos hasta el Centro Veterinario Integral (CVI) de la Misión en la ciudad capital para prestarles la debida atención médica. Batman estuvo 4 meses en recuperación, recobrando peso y elevando sus valores, pues tenía anemia. Luego de restablecidos sus valores inició un proceso de quimioterapia para tratar el tumor, también requirió una intervención quirúrgica, ya que, la mitad de su cola presentaba necrosis producto de la miasis. El hermanito de él no logró sobrevivir.

Batman, ya recuperado, fue esterilizado y dado en adopción a un señor que acudió a la entrevista de adopciones que realiza la Misión, porque quería un perro grande, y así fue como llegó a vivir a Barlovento (Miranda).

Después de un corto tiempo los trabajadores de la Misión no lograban comunicarse con el adoptante, pues es un requisito para estos permitir que el perro sea visitado en su nuevo hogar para verificar que esté en buen estado.

Un día, un vecino del señor que lo adoptó se comunicó con la Misión para indicar que en esa casa no había nadie y que Batman estaba solito en el lugar, señaló que quien lo había adoptado no le gustó el perro porque no ladraba, era ese vecino quien le suministraba comida a este perrito a través de un muro que separaba las viviendas.

Relató Maigualida Vargas, presidenta de la Misión Nevado, que “fuimos hasta Barlovento, brincamos el muro de la casa donde se encontraba Batman y lo volvimos a rescatar. Lo dejamos en el CVI y comenzó a asistir con nosotros a todas las actividades, porque es un perro muy bien portado, nos acompañaba a las marchas y le encantaba jugar con nosotros”.
“Este perro de 7 años de edad demostró tener una perronalidad muy dócil, es muy serio pero sigue el ritmo de las tareas de la Misión, es muy enérgico. En algún momento alguien le colocó unos lentes de sol y él se los dejó, desde ese instante comenzó a ser como una celebridad de la institución porque todos preguntaban por el perro de los lentes” expresó Vargas.

Contó que “un día mi esposo dijo Batman está muy cansado, vamos a llevarlo para la casa para que descanse porque estuvo todo el día trabajando, y así comenzó a quedarse una noche, dos noches, y sin darnos cuenta ya él tenía su propio sofá en la casa”.


Batman sabe cuál es la dinámica diaria, se levanta en las mañanas y espera a su paseador detrás de la puerta, en el día atiende en la oficina, supervisa en la entrada de la sede de la Misión Nevado, también asiste a las jornadas médicas veterinarias y a las marchas. Él tiene sus pecheras especiales para trabajar que lo identifican como el jefe de la Misión.


Este peludo tiene su propia cuenta en Twitter @batmannevado aquí comparte sus fotos, las actividades a las que asiste como parte de su jornada laboral y las actividades que realiza la institución que representa, la Misión Nevado.
Acá otras fotografías del peculiar Batman.







