Según la nota de prensa de la AFP, las compañías estadounidenses Qualcomm e Intel, dos de los fabricantes más importantes de procesadores, anunciaron que dejarán de proveer sus productos al grupo chino
El gigante chino de telecomunicaciones Huawei lanzó una nueva ofensiva contra el gobierno de Donald Trump, al anunciar este miércoles que solicitó a un tribunal de Estados Unidos que anule la «tiránica» medida que prohibe a las administraciones federales comprar sus equipos.
«El gobierno estadounidense no aportó ninguna prueba que demuestre que Huawei representa una amenaza para la seguridad. No hay ni arma ni humo. Solo suposiciones·, declaró en una conferencia de prensa Song Liuping, responsable jurídico de la empresa.
«El sistema judicial es el último recurso para obtener justicia. Huawei tiene confianza en la independencia y la integridad del sistema judicial estadounidense», agregó Song Liuping al comparecer ante los periodistas en la sede de la empresa en Shenzhen (sur de China).
«El proyecto de ley determina directamente que Huawei es culpable e impone una amplia cantidad de restricciones a Huawei con el objetivo evidente de expulsarlo del mercado estadounidense», había declarado previamente Song Liuping en un comunicado difundido por la televisión estatal CCTV.
El grupo ya había presentado una demanda en marzo en Texas, al considerar que el Congreso estadounidense no había podido proporcionar pruebas que justificaran las restricciones «anticonstitucionales» a los productos Huawei.
Según Song, la petición de Huawei para un juicio sumario (un procedimiento que busca obtener la decisión de un juez sin celebrar un juicio completo) fue presentada el martes en hora estadounidense (ya miércoles en China).
«Esperamos que las cortes estadounidenses declaren que la prohibición a Huawei es anticonstitucional e impidan su entrada en vigor», añadió Song.
Prohibido explícitamente
En el punto de mira de la empresa está la prohibición de que las administraciones federales de Estados Unidos compren sus equipos o servicios, así como de trabajar con otras compañías que sean clientes de Huawei.
«Esta forma de actuar consistente en emplear la legislación en lugar de juzgar es un acto tiránico y está prohibido explícitamente por la Constitución estadounidense», subrayó el responsable jurídico de Huawei.
La decisión de este miércoles llega en un momento en que Huawei es blanco de una serie de ataques de parte de Washington.
En plena guerra comercial chino-estadounidense, la administración Trump colocó a Huawei en una lista negra de empresas sospechosas a las que se prohíbe vender equipos tecnológicos, lo que amenaza la supervivencia de la compañía, ya que para sus teléfonos depende en gran medida de componentes fabricados en Estados Unidos.
Washington sostiene que Pekín podría manipular los sistemas de Huawei para espiar a otros países y perturbar comunicaciones cruciales, e insta a otros Estados a evitar las redes 5G de la compañía china.
Según la nota de la AFP, los estadounidenses Qualcomm e Intel, dos de los fabricantes más importantes de procesadores, anunciaron que dejarán de proveer sus productos al grupo chino cuando termine el plazo de suspensión de la ley concedido por la Casa Blanca.
Las preocupaciones respecto a Huawei aumentaron desde que esta se posicionó como líder mundial de equipamiento para redes de telecomunicaciones y como uno de los principales fabricantes de teléfonos inteligentes, junto a Samsung y Apple.
La batalla lanzada por el gigante chino ante la justicia estadounidense muestra que está dispuesto a emplear todos los medios, incluidos los tribunales nacionales, para evitar quedar excluida de la carrera por el mercado de la red 5G, el futuro de las telecomunicaciones de alta velocidad.