La ceremonia tuvo un añadido especial por Gregg Popovich que también entró en el Salón de la Fama
Estrellas del baloncesto de la NBA como Dirk Nowitzki, Tony Parker, Pau Gasol y Dwyane Wade se convirtieron en inmortales este sábado al ingresar al Salón de la Fama.
El primero de ellos en hablar ante el público presente fue el francés Tony Parker, leyenda de los San Antonio Spurs.
«Tengo muchas conexiones con esta promoción», dijo en su discurso el base, quien destacó que Gasol fue su «compañero» en los Spurs. También recordó la «enorme rivalidad» en el baloncesto internacional entre las selecciones de España y Francia.
Parker reconoció que sin la selección española comandada por Gasol habría ganado más medallas para Francia. Pero apuntó que enfrentarse en los veranos al de Sant Boi le «empujó» a mejorar.
También habló en los mejores términos posible de Manu Ginóbili, a quien definió como «una estrella del rock» y «el jugador más único» con el que ha compartido equipo.
Por último, Parker dedicó unas palabras a Gregg Popovich, que también entró en el Salón de la Fama y dirigió al volante de los Spurs. «Siempre fuiste como un segundo padre para mí (…). Gracias, ‘Pop’. Te quiero», expresó.
Por su parte, Nowitzki fue un referente descomunal de los Dallas Mavericks durante 21 temporadas. Ganó el MVP en 2007, le dio su único anillo de campeonato a la franquicia en 2011 y es el sexto máximo anotador histórico de la NBA.
Con Steve Nash y Jason Kidd como sus presentadores en esta gala, el genio alemán habló de varias cualidades que marcaron su vida y carrera. Algunas de ellas fueron la creatividad, la pasión, el liderazgo, la competitividad y el respeto.En relación a esta última, Nowitzki opinó que es un rasgo que une a todos los homenajeados en el Salón de la Fama de 2023. Una relación en la que también aparecen Becky Hammon o Dwyane Wade.
«Estoy muy emocionado de ser parte de esta promoción. Pau, Tony, Wade… Competimos al nivel más alto, pero siempre hubo aprecio», afirmó.
Nowitzki también elogió a compañeros como Kidd, a quien describió como «un guerrero», y a Nash, con quien compartió sus primeros pasos en la NBA con la camiseta de los Mavericks.