El coordinador Lgbti de Cambiemos Movimiento Ciudadano y vocero de Positivos en Colectivo denuncia que las parejas del mismo sexo no reciben el CLAP. Reporta crímenes de odio y, al menos, siete personas que en un mes han pedido asilo en Estados Unidos o España para poder tener los medicamentos contra el VIH
Ser lesbiana, gay, bisexual, transgénero o intersexual (Lgbti) es llevarse una de las peores partes de la crisis venezolana. Lo sostiene Mauricio Gutiérrez, coordinador Lgbti de Cambiemos Movimiento Ciudadano y vocero de Positivos en Colectivo, a propósito de conmemorarse este viernes 28 de junio el Día Internacional del Orgullo Lgbti.
«Venezuela llega al día del Orgullo Lgbti con grandes deudas con la sexodiversidad», denuncia.
Con todas las críticas que se puedan hacer al sistema CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) lo cierto es que las parejas del mismo sexo no reciben cajas ni bolsas con comida. Tampoco se beneficiaron de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV). Es decir, no gozan de los programas sociales -buenos, regulares o malos- del Ejecutivo del mandatario Nicolás Maduro.
La peor parte
Hay grupos especialmente vulnerables, como las mujeres, las personas con discapacidad, las personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana, la sexodiversidad. «Si un médico tiene que elegir entre atender a cualquier persona y, por ejemplo, una persona trans, elige a cualquier persona antes que a una persona trans», ejemplifica Gutiérrez en conversación con Contrapunto.
La escasez, la pobreza, la falta de medicinas y de alimentos comenzó antes de las sanciones, insiste el activista de derechos humanos. «Estamos pagando las consecuencias de esos desmanes» cometidos desde 1998. «En lo que va de mes siete personas reportan haber pedido asilo en Estados Unidos», y otras tres en España, refiere.
Pero también se registran crímenes de odio, señala, como el asesinato de 16 jóvenes en el municipio Libertador. Igualmente, pacientes Lgbti hospitalizados abandonados por sus seres queridos. «El sistema público de salud empobrece más a las familias», subrayó.
Tacones y plumas, pero críticas
Los días permiten hacer un alto en el camino y definir lo que debería suceder en el próximo ciclo. Gutiérrez defiende «los tacones y las plumas», pero advierte que cualquier marcha por el orgullo Lgbti en la que participe el Ejecutivo no debe perder de vista que el Gobierno «es responsable de muertes».
La crisis ha dejado de lado las reivindicaciones y el respeto por los derechos Lgbti. Todavía «hay familias que dejan al otro miembro de la pareja en la calle», recuerda, porque no se respetan las uniones entre personas del mismo sexo, ni hay en Venezuela matrimonio igualitario.
«Se necesita el reconocimiento de todos los derechos», enfatiza. También «el matrimonio en igualdad de condiciones».
El respeto por la integridad física de las personas Lgbti no admite demoras. Gutiérrez cita un estudio que elaboró según el cual entre 2016 y 2017 fueron asesinados tres gay cada día, crímenes cometidos «por su orientación sexual».
Que Maduro y Guaidó lean la agenda Lgbti
El país vive en una dualidad política con, supuestamente, dos presidentes: Nicolás Maduro y Juan Guaidó. A ambos les pide «que lean la agenda la agenda Lgbti», y que se comprometan con ella.
Esa agenda tiene cuatro puntos, puntualiza Gutiérrez:
-Reconocimiento de la identidad de las personas trans e intersexuales.
-Protección de la integridad física y la vida de las personas Lgbti.
-Matrimonio igualitario y posibilidad de legalizar las uniones de hecho.
-Elaborar y aprobar una ley marco contra la discriminación.