Las nuevas variantes de Ómicron, conocidas como Covid-22, podrían ser más peligrosas
La llegada de Ómicron desestabilizó completamente la pandemia en los últimos meses. Esta considerada como la cepa más contagiosa conocida hasta el momento. Además, disparó la cifra de infectados durante varios meses. Sin embargo, parece que las nuevas subvariantes BA.4 y BA.5 (también conocidas como Covid-22) podrían ser mucho más peligrosas por su capacidad de contagio y los nuevos síntomas que presentan, reseñó el portal ABC de España.
Las diferencias de BA.4 y BA.5 con las antiguas variantes son claras: más agresividad, mayor contagio y más síntomas.
Nuevos síntomas
Las nuevas variantes de la COVID-22 presentan síntomas muy similares a los de anteriores cepas, como fatiga, tos, fiebre o dolor de cabeza, entre los más habituales.
Sin embargo, también han comenzado a presentar signos menos comunes como diarrea, dolor agudo de garganta e hipotensión ortostática (mareos súbitos en momentos muy concretos). Otros tantos como la secreción nasal, el dolor muscular, la falta de olfato y gusto o la falta de aire también se mantienen, aunque son mucho menos frecuentes.
Los nuevos linajes de Ómicron, BA.4 y BA.5, han demostrado, por el momento, una mayor capacidad de transmisión, además de una mayor velocidad. Por su parte, las mutaciones en la estructura molecular que presentan respecto a otras cepas les permiten tener un mayor escape inmune frente a las vacunas de la COVID.
Según han aclarado los expertos, estas nuevas subvariantes de Ómicron se transmiten con una menor carga viral. De esta manera, la dificultad para ser detectado por los test de antígenos crece y es habitual que tarde más en ser descubierto.
Por otra parte, los síntomas son mucho más duraderos y se prolongan durante más de una semana. Además, al contrario que con las otras variantes, estas aparecen antes gracias al estímulo temprano del sistema inmunitario, especialmente en aquellas personas que estén vacunadas.






