Lagarde advirtió de que los cuellos de botella en la industria manufacturera a nivel global, que habían comenzado a desaparecer en los últimos meses, probablemente se mantendrán en algunos sectores
La inflación en los países de la eurozona podría superar el 7% en 2022 como consecuencia del impacto que la guerra en Ucrania tiene en los precios de la energía y los alimentos, dijo este jueves la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.
La inflación media probablemente se situará en torno al 5,1%, agregó Lagarde, quien pronosticó sin embargo que se podrá mantener el objetivo a medio plazo del 2% aunque advirtió que la política monetaria del BCE dependerá del impacto económico de la guerra.
El nivel más elevado de inflación corresponde al peor escenario de los estimados por los expertos del BCE, agregó Lagarde, quien destacó que «se espera que los precios de la energía estén altos durante más tiempo» y recordó que los del gas subieron un 73 % desde el inicio de 2022.
«Es probable que la presión sobre la inflación aumente. Rusia y Ucrania suponen el 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y los precios del trigo son un 30 % mayores a los del comienzo del año», destacó la presidenta del BCE, que pronunció un discurso en el foro «El BCE y sus vigilantes» en Fráncfort (sur de Alemania).
Lagarde advirtió de que los cuellos de botella en la industria manufacturera a nivel global, que habían comenzado a desaparecer en los últimos meses, probablemente se mantendrán en algunos sectores, lo que tendrá consecuencias en los precios de bienes de consumo duradero.
Pero ante la situación actual, la presidenta del BCE aseguró que la institución que preside «tomará cualquier medida que se necesite para garantizar la estabilidad de precios y proteger la estabilidad financiera».
Como consecuencia de las presiones inflacionistas, Lagarde reconoció que «los europeos se enfrentarán a corto plazo a mayor inflación y una ralentización del crecimiento económico».
Y admitió que «es probable que la subida de los precios de la energía reduzca los ahorros domésticos acumulados durante la pandemia» y pronosticó que estos se desviarán hacia gastos vinculados con el consumo de energía.
Lagarde reconoció que las empresas también resultarán afectadas y recordó que en el pasado acontecimientos geopolíticos como las guerras del Golfo o los ataques contra Estados Unidos en 2001 tuvieron como consecuencia un declive en la inversión en las economías avanzadas.