El presidente Joe Biden, lamentó «un nuevo tiroteo» que «ha cobrado la vida de tres jóvenes» y expresó sus condolencias
La Policía detuvo ayer al presunto autor del tiroteo con tres muertos en la Universidad de Virginia, en la ciudad estadounidense de Charlottesville, que ha sido identificado como un estudiante del centro, Christopher Darnell Jones.
El jefe del Departamento de Policía de la Universidad de Virginia, Tim Longo, recibió la notificación de su arresto durante una rueda de prensa en Charlottesville (Virginia) sobre los sucesos de la noche del domingo.
El incidente se produjo en un estacionamiento del campus universitario, donde tres miembros del equipo de fútbol americano del centro fallecieron y otros dos estudiantes resultaron heridos por disparos.
El tiroteo ocurrió en un autobús que llevaba a varios estudiantes al campus tras una excursión a Washington DC, según apuntó ante la prensa el presidente de la Universidad de Virginia, Jim Ryan.
El sospechoso se dio a la fuga tras el ataque. Sobre él pesan tres cargos de asesinato en segundo grado, tres por el uso de un arma de fuego y otro por un delito leve.
El portavoz policial explicó que el presunto agresor tiene 22 años y que fue visto en el campus a bordo de un vehículo de color negro con matrícula de Virginia.
En el pasado, un equipo de evaluación de amenazas de la universidad le había investigado por «algún tipo de novatada», aunque la indagación se cerró por la ausencia de cooperación por parte de los testigos.
Durante esa pesquisa, se averiguó que Jones había estado implicado en un suceso penal previo relacionado con una violación de las regulaciones sobre la obligación de llevar las armas de fuego ocultas y no en público.
En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que «demasiadas familias en todo Estados Unidos soportan la terrible carga de la violencia armada».
Los estudiantes permanecieron en el lugar durante más de 12 horas hasta que se levantó la orden, ayer por la mañana.
La legislación aprobada en junio para aumentar el control sobre las armas de fuego no es suficiente, añadió. «Debemos hacer más. Necesitamos promulgar una prohibición de armas de asalto para sacar las armas de guerra de las calles».