Las últimas decisiones de la Administración Trump sobre Venezuela son complicadas de leer por estar fuera de los cánones habituales en las relaciones geopolíticas.
Luis Vicente León dibuja los posibles escenarios que según su análisis se pueden presentar, e insiste en que la política de sancioones terminan siendo “inútiles para producir cambios políticos, pero desastrosas sobre la calidad de vida de la población inocente”.
El analista señala que “es evidente que la situación económica de Venezuela se complica. La política de los Estados Unidos se radicaliza y el anuncio de tarifas a terceros países que compren petróleo venezolano parece un nuevo escalón hacia la máxima presión, una estrategia que ya fue aplicada en el 2019 sin éxito político alguno”.
En el análisis publicado en su cuenta de la red social X, León llama la atención de sobre “incertidumbres no resueltas que se irán develando poco a poco”.
UN ESCENARIO
Coloca como primera interrogante: ¿Qué hará estados Unidos con las licencias petroleras a las empresas que hoy operan en el país?
El economista señala que “por ahora sabemos que se ha extendido el periodo de wind down a Chevron por dos meses más y el resto de las licencias permanecen activas”.
“A la luz de la orden ejecutiva recién emitida, el petróleo producido por esas empresas todavía puede ir a los Estados Unidos sin impuesto. Esto significa que será más barato que el petróleo proveniente del resto del mundo”, indica el analista.
Explica que “si se decide cambiar la política petrolera con un nuevo sistema de licencias tipo Trump, lo que parece una política de máxima presión, se podría convertir más bien en una política de ‘máximo control americano’ sobre la energía venezolana, que podría seguir fluyendo al mercado de ese país, con una ventaja de precios que le serviría a Estados Unidos para influir sobre otros proveedores de petróleo pesado”.
“Sería una estrategia no convencional y bastante cuestionable, que crearía un monopolio (o más bien un monopsonio de un solo comprador) para la energía venezolana”, señala.
Luis Vicente León advierte que con una acción de este tipo “Trump mataría varios pájaros de un tiro: controla la mina de petróleo más grande del mundo, compra barato, presiona a la baja los precios de la energía y reduce la influencia china en la región, mientras que complace los discursos contra el gobierno de Maduro, aunque sin producir cambios políticos”.
De cara a la reacción desde la Administración Maduro, “más allá de los conceptos éticos, Venezuela podría seguir enviando petróleo al mercado norteamericano e incluso aumentar su producción para ellos”.
OTRO ESCENARIO
“Si en cambio, las licencias petroleras son también eliminadas y se prohíbe definitivamente el flujo de petróleo a Estados Unidos (un escenario compatible con los discursos de una parte del gobierno de Trump), la máxima presión estaría de vuelta y pretende ser más agresiva que en el pasado”, advierte León.
Sin embargo este escenario enfrentaría varios retos a superar.
Indica que identificar los embarques en el mercado negro sería una “tarea titánica, difícil de concretar”, en mayor de los obstáculos a superar “sería el hecho concreto de que casi todo ese petróleo venezolano, que sale por el mercado negro, llega a China”.
“La pregunta sencilla es: ¿en realidad China consideraría una amenaza creíble que Estados Unidos le imponga aranceles de 25% adicionales a todos sus productos por comprar petróleo venezolano, que por cierto compra por esa vía desde hace muchos años sin su permiso?”, se pregunta el economista.
Más adelante hace plantea otra interrogante: “¿Cómo resolverá Estados Unidos los temas vinculados a castigar países completos por la acción empresarial privada de compañías multinacionales completamente globalizada?”
INCERTIDUMBRE
“No estamos seguros cómo se desarrollará esta historia y lo aprenderemos en la práctica, pero si es verdad que todo el ruido que esto causa, podría afectar las inversiones de actores del mercado occidental en Venezuela y esto resentirá su economía a corto plazo, más allá de la concreción real de las amenazas”, acota León.
Indica que la Administración Maduro ya tiene un camino andado en loo que se refiere al manejo de sanciones “y no parece que enfrentará los mismos embates del 2019. No creo que la política de máxima presión funcionará tampoco esta vez”.
“Los campos petroleros no se van a parar sino cambiar de operador y el mercado negro seguirá fluyendo. Pero es obvio que habrá impactos negativos, otra vez, sobre la población venezolana. El problema clásico de las sanciones: inútiles para producir cambios políticos, pero desastrosas sobre la calidad de vida de la población inocente”, sentencia finalmente en su post Luis Vicente León.