¿Cuál es el origen de de la expresión sexual «echar un polvo» cuando se refiere a tener un encuentro sexual? Es más antigua de lo que podemos imaginar. Aquí te diremos de dónde proviene…
Muchas veces habrán escuchado esa célebre frase «echar un polvo» cuando se refiere a una petición para tener una relación sexual, un encuentro furtivo, mantener un coito, o simplemente tener un intercambio de tipo erótico. Lo cierto es que esta frase se originó en España y se remonta al contexto del siglo XIX.
La frase se utilizaba como una costumbre burguesa y aristocrática que proviene de usar un polvo de tabaco conocido como «rapé».
Este polvo se aspiraba por vía nasal, preferiblemente en reuniones y fiestas. Quienes lo hacían debían retirarse fuera de la sala u a otro lugar porque era visto como una costumbre de mala educación puesto que estaba prohibido hacerlo delante de las mujeres.
La aspiración del polvo provocaba además fuertes estornudos, por lo que efectivamente, los hombres debían retirarse fuera de las salas principales para aspirarlo. El asunto es que posteriormente, se comenzó a utilizar la frase para aprovechar el momento y darse una escapada para tener un encuentro sexual.
Así, la clave secreta para preguntar por alguien y saber qué estaba haciendo era decir que se había ido «a echar un polvo».
La expresión se fue alcanzando una gran popularidad, hasta que fue utilizada en la literatura como en la obra Don Juan. En el diccionario de argot español de 1906 aparece en la definición de «cohabitar» la expresión «echar un polvo».
«En escritos, a finales del XIX, como en la obra de teatro de 40 páginas titulada como Don Juan Notorio: burdel en cinco actos y 2000 escándalos, un tal Ambrosio el de la Carabina dejaba en 1874 por escrito y en varias ocasiones cómo el polvo era el sinónimo del coito”, publicó el portal Magnet.