Este 19 de octubre es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mamas, enfermedad que cada día cobra la vida de 10 venezolanas, según datos de la Sociedad Anticancerosa. No hay vacuna para prevenirlo, pero los cambios en el estilo de vida pueden ayudar, señala el mastólogo Víctor Acosta, presidente de la Sociedad Venezolana de Mastología
Aunque es el color rosa el que identifica la lucha contra el cáncer de mamas no todo es rosa en esta enfermedad que, según datos de la Sociedad Anticancerosa, cobra la vida de 10 venezolanas cada año. Este 19 de octubre es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mamas, y mientras el mundo se llena de lazos rosados y llamados de atención, médicas y médicos, al igual que los equipos de salud, llaman a pasar a la acción. Una de las más importantes: la mamografía.
Cuando se habla de cáncer de mama hay que pensar en factores de riesgo no modificables y modificables, recuerda Víctor Acosta Marín, presidente de la Sociedad Venezolana de Mastología e integrante del Centro Clínico de Estereotaxia (Ceclines). Entre los primeros se cuentan el género (más riesgo para las mujeres) y la edad de la primera menstruación. «Pero hay otros modificables, como el estilo de vida», lo que incluye el ejercicio, dieta balanceada, bajo consumo de alcohol, peso adecuado y cero sedentarismo.
¿Podemos prevenir el cáncer de mama? No hay una vacuna para prevenirlo, aclara Acosta, pero se puede hacer prevención secundaria, o lo que es lo mismo, la detección de lesiones tempranas en personas sin síntomas. Esto se logra con la mamografía, reitera.
¿A qué edad hay que hacerse la primera mamografía? La Sociedad Venezolana de Mastología recomienda hacerla a los 40 años, y de allí, una vez al año. Sin embargo, Ceclines propone que sea a los 35 años de edad. «El cáncer de mamas por debajo de los 40 años es por debajo de 8%. No son números muy grandes, pero para cada una de esas pacientes es el 100%», apunta Acosta. Su razonamiento es claro: si a una mujer le comienza el cáncer a los 35 años, con la premisa de practicar la mamografía a partir de los 40 se le detectará cinco años después.
La consigna «tócate» se volvió muy popular en Venezuela, pero no es suficiente, insiste la médica radióloga y mastóloga Ítala Longobardi, también del equipo de Ceclines.
Una prótesis mamaria no impide que una mujer se haga la mamografía. Hay maniobras que se realizan en el momento del estudio, y que involucran a los técnicos. El eco mamario «se hace como un complemento», puntualiza Acosta.
Longobardi explica que el implante se desplaza y se puede ver la mama en su totalidad.
La mamografía «observa unas cosas», el eco detecta otras, la resonancia permite encontrar otras y es la suma de todas la que permite un diagnóstico más preciso, especifica Acosta.
Las microcalcificaciones, en 70% de los casos, «pueden llevar a un carcinoma in situ», especifica Longobardi. Esas microcalficaciones se observan en la mamografía.
Para tratar el cáncer de mama hay que pensar en cirugía, indica el mastólogo. «Toda paciente con cáncer de mama debe operarse. Hay una triada en el tratamiento, que es: todas las pacientes tienen que operarse, algunas pacientes van a radioterapia y algunas pacientes van a tratamiento médico (quimioterapia, inmunoterapia)».
En cuanto a la cirugía, para las mujeres es importante saber cómo se efectuará el procedimiento y cómo van a quedar. «Contamos con la cirugía clásica, desde el punto de vista de la conservación de la mama, que genera buenos resultados», y además, hay «técnicas de cirugía oncoplástica» para eliminar todo el tejido necesario con buenos resultados estéticos. En caso de no poder conservar la mama, la mujer decide si se queda sin ella o si se recurre a la reconstrucción mediante implantes o el propio tejido.