Los especialistas piden que los pacientes informen a sus médicos sobre todo lo que están tomando, ya que algunos suplementos vitamínicos pueden interferir con el resto de sus medicamentos
Este martes 2 de enero, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), señaló que desde 1994, la cantidad de suplementos se ha multiplicado casi por 20 y se espera que la industria de suplementos de Estados Unidos supere los 68 mil millones de dólares en 2024, convirtiéndose en un negocio en auge.
En un artículo publicado en la Brain&Life, revista de la Academia Americana de Neurología, se afirma que este crecimiento es aún más notable considerando que la agencias que regula la administración de alimentos y medicamentos (FDA) no está autorizada para regular o aprobar la seguridad o eficacia de estos productos según la Ley de Educación y Salud sobre Suplementos Dietéticos.
Las personas con migraña a menudo buscan una alternativa que no sean los fármacos, dice Teshamae Monteith, profesora asociada de neurología en la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami. «Están preocupados por los eventos adversos o no quieren un medicamento fuerte, tampoco quieren sentirse drogados.»
A los neurólogos les preocupa que muy pocos suplementos hayan sido probados con el tipo de rigor requerido para los fármacos: ensayos grandes, multicéntricos, aleatorizados y controlados con placebo que demuestren que una vitamina o suplemento en particular proporcionará un beneficio específico.
El estudio más reciente sobre el efecto de la vitamina D en la esclerosis múltiple (EM), publicado en The Lancet en 2023, no demostró que la vitamina D como terapia complementaria reduzca las recaídas, dice la Dra. Giesser, especialista en EM: «Simplemente no existen datos sobre suplementos que tengan un efecto modificador de la enfermedad», añade.
Especialistas en la enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento, también aconsejan a sus pacientes que busquen en los alimentos las vitaminas y minerales. Los especialistas señalan que las altas dosis de B6 pueden causar neuropatía (debilidad, entumecimiento o dolor en las manos o los pies).
«Es importante seleccionar una marca que haya tomado medidas de seguridad adicionales para eliminar los alcaloides de pirrolizidina, que potencialmente pueden dañar el hígado». Para las personas con ataques de migraña debilitantes o incapacitantes, no se sugieren vitaminas ni suplementos. En lugar de ello, recomiendan con frecuencia inhibidores del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), fármacos que se dirigen al mecanismo de la migraña. «Los inhibidores de CGRP suelen ser mejor tolerados que otros fármacos orales», destacan los neurólogos.
La gente seguirá tomando vitaminas y suplementos sin importar lo que les digan sus médicos, afirman. Ante esto, los especialistas piden que los pacientes informen a sus médicos sobre todo lo que están tomando, ya que algunos suplementos vitamínicos pueden interferir con el resto de sus medicamentos.
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