Los comestibles ultraprocesados incluyen, entre otros, productos de panadería, bebidas gaseosas y productos listos para comer o calentar. Estos se caracterizan por su bajo contenido de nutrientes —fibras, vitaminas y minerales— y por sus ingredientes industriales diseñados para crear adicción
Un mayor consumo de la mayoría de los alimentos ultraprocesados se relaciona con un riesgo de muerte ligeramente superior, pero ciertos tipos de productos aumentan aún más el riesgo, según una investigación a gran escala publicada el miércoles en la revista BMJ.
El estudio, que duró casi 34 años con la participación de unas 115.000 personas en EEUU, reveló que el consumo excesivo de dichos alimentos, incluyendo productos a base de carne, aves y marisco listos para el consumo, bebidas azucaradas, postres a base de lácteos y desayunos muy procesados, están vinculados con muerte prematura. Estos alimentos han sido identificados por los científicos como los más indeseables.
Los comestibles ultraprocesados incluyen, entre otros, productos de panadería, bebidas gaseosas y productos listos para comer o calentar. Estos se caracterizan por su bajo contenido de nutrientes —fibras, vitaminas y minerales— y por sus ingredientes industriales diseñados para crear adicción.
Cada dos años, los participantes de la investigación facilitaban información sobre su salud y sus hábitos de vida, mientras que cada cuatro años cumplimentaban un cuestionario alimentario detallado.
Los resultados mostraron que aquellos que consumían altas cantidades de productos ultraprocesados (una media de 7 raciones al día) tenían un 8 % más de probabilidades de morir por enfermedades neurodegenerativas, como esclerosis múltiple, demencia y enfermedad de Parkinson. Durante el periodo de seguimiento, los investigadores identificaron 48.193 muertes, entre ellas, 13.557 por cáncer, 11.416 por enfermedades cardiovasculares, 3.926 por afecciones respiratorias y 6.343 por enfermedades neurodegenerativas.
A pesar de esto, los científicos aclararon que sus conclusiones no son definitivas, porque el estudio no tiene en cuenta todos los posibles malos hábitos de los participantes. Asimismo, afirmaron que no todos los productos ultraprocesados deben restringirse de forma universal, pero que sus hallazgos demuestran la necesidad de limitar el consumo de «ciertos tipos».