La ginecóloga, preocupada por las consecuencias del estrés en venezolanas de todas las edades, explica lo que ha observado en su consulta y resalta los hábitos de vida que deben ser cambiados. Estas son sus reflexiones en primera persona
En la consulta sigo percibiendo esa falta de educación en relación con mis ciclos menstruales, más allá de hablar de la salud femenina, que es un término mucho más amplio. Sí, pues noto que todavía muchas pacientes no tienen claro el concepto de qué es un ciclo menstrual, cada cuánto puedo esperar que me deba venir la menstruación, cuándo debo preocuparme porque la menstruación se adelantó o atrasó. Muchas no saben que tenemos una variedad normal. El ciclo puede atrasarse o adelantarse dos o tres días, y no pasa nada.
Veo en las mujeres las alteraciones del ciclo menstrual caracterizadas porque estoy comiendo menos o me estoy ejercitando más. Ven a estos influencer que se entrenan mucho en la cámara, y entonces son pacientes sin acompañamiento nutricional que no saben que pueden caer en déficit; son pacientes sin acompañamiento hormonal porque entran ya a niveles que pudiéramos considerar como de atletas, porque están haciendo entrenamientos de tres horas diarias, y estas pacientes jóvenes empiezan a ser deficiencia de hierro mucho antes que la anemia; son pacientes que pueden tener fallas en el ciclo y equivocadamente creen que con tomarse pastillas anticonceptivas van a proteger el hueso. Sabemos ya que el estrógeno que está contenido en las pastillas anticonceptivas de vieja generación no es favorable para mejorar la densidad mineral.
Esa paciente piensa «yo soy joven y la osteoporosis es un problema de la mujer adulta», y resulta que no, que podemos hacer osteoporosis, sobreentrenamos y caemos en este estrés en el que falla la menstruación, falla ese estímulo para que el ovario produzca las hormonas sexuales; eso hace que entremos en un estado de baja concentración hormonal de estrógeno que va a afectar mi manera de sentir, va a afectar mi sueño, va a afectar la densidad de mis huesos, y muchas pacientes incluso pueden tener afectación en su deseo sexual. Entonces caemos en este estado de bajo nivel hormonal en mujeres jóvenes. Mujeres jóvenes que caen en restricciones calóricas, que ayunan: en la medicina privada vemos pacientes que se han vuelto locas con eso. Hacen ejercicio en ayunas, caen en este sobreentrenamiento con una restricción nutricional; son pacientes que hacen deficiencias de hierro, pero también hacen pérdida de masa muscular. «Lo que yo quería era aumentar mi masa muscular», dicen; son personas que quieren verse musculosas, pero no logran ese resultado y, paradójicamente, eso las hace venir a consulta, y ahí se encuentran con la osteopenia, y se encuentran con la deficiencia de hierro; y encuentran que ese anticonceptivo, de manera artificial, les genera un sangrado mensual.
Lo que se está viendo como un fenómeno relativamente reciente, agravado con la pandemia, es que la pandemia nos obligó a irnos al mundo en línea, porque el mundo físico nos fue restringido: no podíamos salir, no podíamos caminar, y en ese momento de la pandemia fuimos al mundo digital, el intrusismo se hizo más evidente, la gente agarra cualquier cosa que salga por instagram y todo lo da por cierto.
Con el ayuno, por ejemplo, hay controversia. Lo que nos dicen algunos académicos es que nosotros en la dieta rutinaria occidental de por sí comemos muy poca proteína, y con el ayuno restringimos aún más la ingesta de proteína. Hay unos aminoácidos esenciales que no los adquirimos sino de la dieta, y si decido estar en ayunas, la única fuente que tengo para ese aminoácido es mi propio músculo. Si yo no tengo una dieta adecuada, pues no voy a lograr el objetivo de aumentar mi masa muscular, porque voy a estar consumiendo mi propio músculo para cumplir con esa necesidad metabólica. ¿Qué dicen estos expertos? Pues que yo debo despertar y comer mucha proteína para romper este ciclo de destrucción de músculos; e igual, antes de dormir, tener mucha proteína. ¿Qué es mucha proteína? Para eso requieres a tu especialista, pero en todo caso, nada de quedarse hora tras horas sin comer, sino que la idea es alimentarse adecuadamente; sobre todo nosotras, que nuestra masa muscular es menor en relación al hombre y que por la menopausia, en aquellas pacientes que no reciben terapia de reemplazo, la pérdida de masa muscular se acelera mucho más después de los 40 años.
Ya sabemos que la contracción muscular es el principal estímulo para que el hueso se mantenga fuerte; es decir, si yo hago el movimiento, eso les dice a los huesos «tienes que estar fuerte, porque te necesito». El ejercicio permite que yo tenga concentración; mejora mi atención, porque yo tengo que estar atenta al movimiento que estoy haciendo y eso genera beneficios también del punto de vista cognitivo: mejora mi memoria y mi atención, va a mejorar mis relaciones sociales y sabemos que eso son factores de protección contra la demencia. Va a ayudarme a mejorar mi densidad mineral ósea y va a mejorar mi protección ante caídas, pues si yo soy una persona que se ejercita, tengo menos riesgo de caerme, o voy a caer mejor.
Los hábitos de vida saludables son la base de la pirámide para una calidad de vida. ¿Qué llamo calidad de vida? Que yo pueda estar atenta, consciente, con memoria, independiente; que yo no dependa del otro para desplazarme, que no requiera del otro para alimentarme. Yo creo que todos queremos envejecer con independencia, que yo puedo entrar y salir cuando yo lo decido y la base de eso es que tener un hábito de vida saludable y que pueda ejercitarme, que tenga movilidad. Claro, la alimentación saludable es muy costosa; parte del problema de las proteínas es que son costosas. Cuando tú le dices a una persona que tiene que variar, que sus ensaladas deben ser surtidas y que sus ensaladas de frutas también deben ser coloridas, hay un obstáculo real. ¿Cuánto cuesta?
Esta condición de pérdida de masa muscular por el sobreentrenamiento y la mala alimentación, o por el sedentarismo, es reversible. ¿Qué ejercicio hacer? El que te gusta, porque lo que a mí me gusta para ti puede ser muy aburrido, y yo no te puedo obligar a hacer algo que me gusta a mí. Les digo a mis pacientes «tú no te tienes por qué imponer una hora de ejercicio diario», que a veces no la tenemos, pero permítete 5 minutos. Es igual que con la alimentación, porque a mí me encanta ese nutricionista que es capaz de conversar con la paciente a ver qué es lo que hay en la mano, ¿no?, y preguntarle qué le gusta. Los cambios de hábitos requieren tiempo y, más importante aún, requieren acompañamiento. La pérdida de masa muscular es evitable y es reversible con la actividad física a cualquier edad, y yo creo que ese es el mensaje.
Si no estamos durmiendo bien, ¿cuáles son las consecuencias? Estoy irritable, estoy ansiosa. Así como la piel se regenera en el sueño, también se regenera el cerebro, que está todo el día procesando actividades que debe guardar en la memoria, que también debe aprender y que debe «lavar». Es como tu lavadora cuando bota el agua sucia. No es solo estar acostadas; es dormir profundo, y lo que más se afecta en situaciones de estrés en la posmenopausia es el sueño profundo, es la calidad del sueño. Ya se considera que el sueño es tan importante como respirar; en situaciones de estrés el sueño es se altera inmediatamente. Entonces, ¿qué buscamos? Pues entender cuál es tu higiene del sueño. Y en lo que coincidimos todos es en la afectación que produce la luz del teléfono. A las 9 de la noche apaga tu teléfono; a las 9 de la noche no atiendas llamadas, no atiendas mensajes, no veas las redes. Tu cerebro necesita empezar a desconectarse, empezar a descansar. Puedes leer un libro de un tema que obviamente no sea un thriller, una lectura que te ayude a desconectarte, a pensar en otras cosas, a proyectar; es decir, crear un hábito de sueño. Claro, si es una persona que hace guardias y que tiene que estar despierta toda la noche, yo no le puedo decir que tiene que desconectar porque probablemente trabaja con el teléfono.
A una paciente que tiene su horario invertido le proponemos «abre la cortina; exponte a la luz solar, porque tu cerebro lo necesita; y en la noche desconéctate, baja las luces», porque el problema de la pantalla es que nos impone una luz permanentemente, es un estímulo que está allí permanente.
Pensando en la salud de una mujer como la mujer venezolana hay que mantener el músculo.
Si estás en la oficina todo el día y cada hora, ponte una alarma y te paras, puedes hacer la pausa activa cada hora; el hecho de parar ya rompe, ya te paraste. ¿Hablaste con tus colegas? Se pudo generar hasta una idea, un intercambio diferente del electrónico y te vuelves a sentar y sigues trabajando.
Para las mujeres lo importante es mantener su músculo, dormir profundo y una buena alimentación, una alimentación sana. Dormir lo necesario, dormir profundo. No necesitas tener un sensor que te diga dormir profundo, no; tú lo percibes, tú sabes si dormiste profundo o no. Hay personas que tienen un buen hábito y que logran dormir adecuadamente, se sienten descansadas. Yo creo que la calidad de sueño depende mucho de tus hábitos; y quizá, sobre todo, en esa paciente en la posmenopausia o en pacientes en la transición a la menopausia, esa falla hormonal va a incidir en esa calidad del sueño, en lograr dormir profundo. En esos casos sugerimos la terapia hormonal, porque los beneficios son superiores a cualquier efecto. Ahora la terapia hormonal es similar a la hormona del ovario, y esa terapia no tiene riesgo para la salud.
Si conversas con un grupo de mujeres con edades similares, su percepción varía: para unas, es «yo no sé qué es un calorón», y hay otra que dice «yo no puedo dormir por el calorón, no me puedo concentrar». En todo caso, la terapia de reemplazo se consume el tiempo que sea necesario. El consenso internacional dice que se emplee mientras los riesgos no superen el beneficio. Pero no es que yo me pongo el parche de la terapia hormonal y me voy a quedar pegado al teléfono hasta la medianoche. Hay que hacer ejercicio y alimentarse sanamente.
