Los problemas ortopédicos en los pies de los niños, como el pie plano, son comunes y pueden influir negativamente en su desarrollo físico. La falta de actividad física y el uso inadecuado de calzado agravan esta situación, según alertan los especialistas. La detección temprana y el monitoreo constante de un ortopedista son claves para evitar complicaciones mayores en la infancia y en la vida adulta.
La doctora Aliz Amoedo, médico traumatólogo con quince años de experiencia, especialista en ortopedia infantil y cirugía de hombro y rodilla del Centro Médico de Caracas, explicó que de cada diez niños que son evaluados, al menos tres requieren tratamiento quirúrgico, en su mayoría por problemas relacionados con la falta de actividad física por lo que enfatizó que “un ortopedista debe acompañar el crecimiento del niño, igual que lo hace el pediatra”.
Entre los problemas más comunes, se encuentra el pie plano, que se identifica por la ausencia del arco plantar y se manifiesta en el desgaste del calzado o en el cansancio fácil.
Amoedo destacó que «los padres deben estar atentos a signos como el dolor en los pies, la negativa a caminar o jugar, y las alteraciones en la marcha».
«El uso inadecuado de calzado también es una preocupación actual. La doctora advirtió que los zapatos de moda, como los del tipo Crocs o las sandalias, no proporcionan el soporte necesario para un desarrollo saludable», destacó.
“El pie de un niño debe estar siempre calzado con algo que ofrezca estructura”, recomendando el uso de zapatos flexibles que se adapten a la forma natural del pie.
En los casos donde el pie plano no sea corregido antes de los nueve años, la intervención quirúrgica es necesaria. Según Amoedo, «existen procedimientos mínimamente invasivos que permiten una rápida recuperación y evitan futuros problemas ortopédicos».
Subrayó que la actividad física es crucial tanto para la prevención como para el tratamiento de los problemas en los pies. «Mantener a los niños activos es fundamental para su salud física y mental».