Enfermedades como la gripe, la tos, los problemas para respirar y la exposición a los aires acondicionados, pueden irritar la garganta
La garganta es una de las partes del cuerpo que suele verse muy afectada por ciertos hábitos y circunstancias como la temperatura o alimentación, o por enfermedades subyacentes. Estos factores pueden provocar sequedad, que aunque pareciera ser inofensiva, suele ser dolorosa y muy incómoda.
Según algunos expertos, la sequedad de la garganta causa cambios en el sentido del gusto, mal aliento, problemas para masticar, tragar o incluso hablar y ronquera.
Las causas más comunes para provocar la sequedad de la garganta son la deshidratación, el consumo de alcohol, dormir con la boca abierta por problemas de respiración, exposición por climas fríos e intensos, además de la exposición a aires acondicionados.
Entre las enfermedades o dolencias subyacentes a las dolencias de la garganta se encuentran la amigdalitis, gripe o resfrío o reflujo.
La gripe puede causar congestión nasal y sequedad en la garganta que obliga a respirar por la boca y evita tragar saliva, lo que hace que el área de la boca, la garganta y la laringe se resequen con frecuencia.
El reflujo es una sensación de ardor, popularmente llamada acidez, que provoca que los ácidos regresen del estómago al esófago. Eructos, problemas para tragar, ronquera y tos seca.
Existen varios tratamientos naturales que podrían ayudar a contrarrestar el malestar que pudiera generarse de la garganta reseca e irritada, por lo que es recomendable el consumo de remedios naturales como la miel con limón, infusiones, caramelos de eucalipto, y otros paliativos que puedan hidratar la faringe.