La respiración profunda se basa en inhalar el aire para insuflar la zona lumbar y no la caja torácica
El acto de la respiración es natural y totalmente automático. La respiración permite que inhalemos el aire para que el sistema respiratorio lleve a cabo sus funciones de inhalación y exhalación a través de los pulmones y pueda a su vez, llevar a cabo una adecuada función del sistema cardiovascular.
Respiramos para poder vivir y para transformar el oxígeno en un paliativo de las células, los tejidos y en general de todo el cuerpo, de esta forma desechamos el dióxido de carbono que es perjudicial.
Sin embargo, los expertos aseguran que no respiramos de manera correcta, bien sea por efectos del stress y la vida agitada que todos llevamos.
Así, para aliviar la ansiedad, existe una respiración profunda, lenta o diafragmática, que es mucho más saludable y beneficiosa para todos los sistemas que rigen el cuerpo humano.
Esta respiración se caracteriza por la contracción del diafragma que al inhalar, se contrae y se distiende hacia abajo, lo cual permite que los pulmones se expandan y tomen aire fresco.
En la exhalación, debe suceder lo opuesto, se desliza y se mueve hacia arriba contra la cavidad torácica.
Cómo ejecutar la respiración profunda
- Coloque una mano sobre el corazón y otra sobre el vientre
- Inhale por la nariz y deje que el aire entre por la zona del vientre. La mano que está colocada en el corazón debe permanecer igual, la mano que está sobre la zona lumbar, debe subir y bajar.
- En el momento de exhalar, empuje el aire como lo hace cuando va a soplar velas en un cumpleaños.
- Repita este ejercicio de 3 a 5 veces por día hasta que pueda relajarse y respirar profundamente
- Puede realizar este mismo proceso, inhalando unos 4 segundos, luego debe aguantar la respiración y después, exhalar durante 8 segundos.
- Este ejercicio puede ejecutarse para conseguir la relajación y calmar la ansiedad.