Algunas complicaciones con la respiración y el sueño se relacionan con enfermedades como el ictus y el Alzheimer
La Apnea del sueño es una afección con la que se obstaculiza o se interrumpe las respiración haciéndola muy superficial mientras estamos dormidos.
Los efectos pueden generar ciertos biomarcadores cerebrales que pudieran generar enfermedades como arritmias, ictus y Alzheimer, según explican los especialistas.
Estos biomarcadores miden el grado de conservación de la sustancia blanca del cerebro, vital para conectar las distintas partes del cerebro, según una nueva investigación de la Revista Neurology, la revista médica de la nueva academia Americana de la Neurología en EE.UU.
Partiendo de esta premisa, se realizó un estudio en el que participaron 140 personas con Apnea obstructiva del sueño, todos con una edad promedio de 73 años en las que se reflejó un aumento de hiperintensidades de la sustancia blanca similar al efecto de envejecer 2 a 3 años más.
Otro criterio para la selección de estas personas fue que sufriesen problemas cognitivos en el momento de realizarse ambas pruebas. Así, encontraron que aquellos pacientes con apnea obstructiva del sueño pasaban menos tiempo en las fases profundas de sueño y mostraban mayores niveles de daño en la sustancia blanca del cerebro.
Esta asociación se mantenía después de ajustar otros factores como la edad, el sexo, el riesgo genético de alzhéimer y factores de riesgo cardiovascular. Igualmente, los daños cerebrales eran mayores conforme aumentaba la severidad de la apnea del sueño.
Por ello, ahora los expertos recomiendan conciliar un sueño reparador en el que no existan afecciones respiratorias que pudieran complicar la salud cerebral debido a la baja oxigenación que llega al cerebro, y que en definitiva pudieran desencadenar enfermedades como el Alzheimer.