El tradicional ‘partido del pueblo’ enfrenta hoy una gran división, producto de la jugada maestra del gobierno de judicializar la directiva, la sede y los símbolos del partido, a favor de Bernabé Gutiérrez en el 2020, quien hasta esa fecha fue mano derecha del aguerrido H. Ramos Allup. Las ‘traiciones’ provocadas generaron un conflicto de legitimidad que ha obligado a AD a atrincherarse en la ‘resistencia’.
Hoy, tal ‘resistencia’ adeca no puede compararse a la de los tiempos de la génesis de la democracia venezolana. Hace unas semanas cumplió 81 años, celebrando su aniversario por doble partida en dos lugares distintos de Caracas. Ambos enaltecieron la historia: el partido de Gallegos, de Eloy Blanco, de Betancourt, Leoni, CAP, y muchos otros líderes insignes de nuestra era dorada de la democracia. Sin embargo, la grandeza de AD pareciera haber quedado en su legado, ya que hace más de 34 años que no vemos un presidente adeco en el poder. ¿Se romperá en el 2024 esta mala racha?
En sus dos caras, los adecos apoyan las candidaturas de Carlos Prósperi y Bernabé Gutiérrez, presidentes del partido ‘oficial’ y ‘en resistencia’. Pero ambos enfrentan avatares que les dificultan el camino para llegar a la presidencia.
Prósperi, abanderado por la «‘resistencia’, carga con el fantasma de un partido que ha llamado a la abstención en los últimos años. Cuenta con una gran maquinaria a nivel nacional, pero con un bajo rating en las nuevas generaciones que no ven en la tradición la solución al conflicto político venezolano.
Gutiérrez, por su parte, está a la sombra de un adjetivo mortal: «alacrán». La toma judicial de AD lo ha puesto en el foco de una ‘falsa oposicion’. La coalición a la que pertenece, Alianza Democrática, ha demostrado sus aspiraciones presidenciales, pero no ha dado señales de realizar primarias. Así como Gutiérrez, José Brito (representante de Primero Venezuela) también anunció su candidatura, lo que demuestra que no hay acuerdo interno.
¿Podrán las dos AD llegar a un punto común y asumir pragmáticamente el camino a la presidencia? No pareciera posible, y con ello se demuestra la eficacia del gobierno en su intención de dividir.