El candidato señala que la suspensión de las elecciones no favorece a nadie, sin embargo no descarta que haya “intereses oscuros antiuniversitarios y ajenos al verdadero interés del país”
Víctor Rago espera que los sucesos del pasado 27 de mayo en la Universidad Central de Venezuela “no acarreen consecuencias irreparables para la Universidad” y apuesta porque se mantenga el espíritu de participación que se mostró el viernes pasado en el campus universitario.
“La suspensión del acto electoral de ayer hay que atribuirlo a la imprevisión impericia y, en términos generales, a la incompetencia de la Comisión Electoral”, sentencia el antropólogo y candidato a rector por la plancha “Consenso Académico”.
Al mirar el desarrollo de los eventos indica que “no es posible que, dos días antes, en la sesión del Consejo Universitario del miércoles la Comisión Electoral le haya dicho a ese cuerpo que todo estaba listo para celebrar exitosamente la elección y que dos días después, este viernes, se impusiera la necesidad de paralizar el proceso en vista de que no había suficiente material electoral para poderlo llevar a cabo con normalidad en todos los centros de votación establecidos para el Campus Universitario de Caracas y las restantes localidades en el interior del país, en la cuales la universidad tiene presencia”.
“La Comisión Electoral debe cargar con la grave responsabilidad de no haber organizado eficientemente el proceso. Es verdad que se trataba de una elección compleja, pero eso era algo que se sabía desde el principio. Han debido tomarse previsiones y providencias, lo que no se hizo -al menos a la escala necesaria- y eso trajo como resultado el lamentable fracaso del acto de votación”, señala Víctor Rago.
En este momento pausa su discurso y su preocupación se muestra mientras nos hace la siguiente reflexión: “Nosotros esperamos que la suspensión de la elección no acarree consecuencias irreparables para la institución. La voluntad de la comunidad universitaria, de los candidatos a los diferentes cargos e incluso del propio Consejo Universitario, o al menos de una mayoría de ese cuerpo, es que la elección se reprograme, se ha hablado de la fecha del 9 de junio”.
Explica que este lunes el Consejo Universitario celebrará “una sesión extraordinaria y se verá si efectivamente esa es la fecha que conviene para llevar a cabo la elección, o si hay que fijar alguna otra”.
“Pero lo más importante sería que el Consejo Universitario dispusiera todo aquello que fuera indispensable para asegurar el éxito del evento electoral, algo que no estamos seguros de que el propio Consejo haya hecho en la ocasión pasada. Vamos a ver qué es lo que va a resolver el Consejo Universitario y si procede conforme a lo que las circunstancias exigen”, señala con severidad el exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Frente al tema del esquema de votación usado le preguntamos sobre su posición ante la automatización del voto y señaló que esa modalidad “habría sido lo ideal”.
“No fue posible que en el seno del Consejo Universitario los expertos por una parte y los propios miembros del Consejo, que se encontraban divididos entre partidarios y detractores del voto automatizado, pudieran ponerse de acuerdo”, señala Rago.
Considera que fue una situación “lamentable, porque habría habido una garantía técnica de eficiencia en la ejecución del proceso, pero no fue posible y no creo que las cosas vayan a cambiar a estas alturas. Para las próximas elecciones universitarias esta experiencia debe servir de clara lección de lo que no debe hacerse a la hora de organizar un proceso de elecciones complejo en una institución como la universidad”.
-¿A quién favorece la suspensión de la votación?
-En rigor no favorece a nadie. Circulan conjeturas -con un no muy sólido fundamento- que atribuyen a ciertos intereses una actuación en la cual el proceso debe ser obstaculizado en lugar de favorecido, que es lo que desea la inmensa y abrumadora mayoría de los universitarios, pero no creo que la reflexión racional pueda llegar muy lejos.
Rago se vuelve tajante y reafirma su planteamiento: “No creo que valga la pena dedicarle mucho tiempo a especular acerca de a quién conviene la suspensión del proceso. En principio me -parece a mí- que no le conviene a nadie, aunque en última instancia siempre habrá intereses oscuros, antiuniversitarios y ajenos al verdadero interés del país”.
-¿Existe riesgo de una intervención de la Universidad?
-Ese riesgo está siempre latente puesto que tenemos un Gobierno que ha dado elocuentes muestras de antipatía por la Universidad y cuyas políticas han resultado sumamente desfavorables para la institución, sin embargo no me parece que haya un riesgo inminente de intervención.
Mientras contesta Rago se pregunta “¿en qué podría consistir ese riesgo?” Inmediatamente después comienza dibujar un escenario en el que “el Tribunal Supremo de Justicia, a través de la Sala Electoral, dictaminara la incompetencia o la incapacidad de la propia institución académica para llevar a cabo el proceso electoral”, para luego sentenciar: “No lo veo como una amenaza inminente en el horizonte”.
Sin embargo ese mirada hacia el tablero político de la UCV indica que “pudiera ser que personas del propio seno de la institución intentaran alguna acción legal contra el proceso, pero tampoco eso parece cernirse sobre la Universidad como una amenaza inminente”.
“Por el contrario, creo yo, que la sensación general es de decepción por la forzosa suspensión del proceso, pero al mismo tiempo acompañada de una voluntad de concurrir nuevamente a la votación cuando, como todos aspiramos, esta se organice debidamente con toda la seguridad para impedir un nuevo fracaso como el que lamentablemente se produjo el viernes de esta semana”, dijo finalmente el profesor y candidato rector, Víctor Rago.