En el contexto del despliegue militar estadounidense en el Caribe, el gobierno venezolano mantiene la tesis de que hay una «guerra eléctrica» contra el país.
El pasado martes, la empresa estatal Corpoelec denunció un presunto «ataque terrorista» contra dos líneas de transmisión eléctrica del país.
El supuesto ataque ocurrió el martes 16 de septiembre, según la versión oficial, contra «dos de las principales líneas de transmisión 765 KV, infraestructura de vital importancia para el flujo de la energía eléctrica en el país».
Según la versión oficial «esta agresión extremista busca privar al pueblo venezolano del servicio eléctrico, como parte de una estrategia fascista destinada a desestabilizar la paz y la unión nacional».
Corpoelec sostuvo que hay «guerra eléctrica promovida por grupos que operan al servicio de intereses oscuros y agendas desestabilizadoras» con el objetivo de «quebrantar la armonía nacional en un escenario en el cual el imperio norteamericano amenaza la soberanía con una escalada bélica y psicológica».

No es la primera vez que el ejecutivo venezolano asegura que hay una «guerra eléctrica». Desde los mega apagones de 2019 el gobierno ha insistido en que las fallas en el servicio se deben a supuesta injerencia extranjera.






