Salieron de Plaza Venezuela y caminaron hasta la Defensoría del Pueblo. Exigen salario digno e indexado, garantía de acceso a alimentos, medicinas, higiene menstrual, servicios de salud, educación de calidad, agua, luz y transporte
Se dice que las mujeres marcan la diferencia, y este 8 de marzo no fue la excepción en Caracas. Una marcha unitaria de venezolanas de distintos sectores políticos y orientaciones ideológicas recorrió las calles de la ciudad desde Plaza Venezuela hasta la Defensoría del Pueblo, en la Plaza Morelos.
Unas clamaron por la libertad de Venezuela. Otras solicitaron mejores salarios. También reclamaron garantía para la salud sexual y reproductiva. Un pliego común las convocó por encima de cualquier diferencia.
Detrás de una pancarta rosada se reunieron todas. Algunos dirigentes -como Pablo y Mauro Zambrano, José Gregorio Afonso y Pedro García- las acompañaron, pero este miércoles no fueron ellos los protagonistas ni los voceros.
Tenemos una ley contra la violencia hacia la mujer, pero cuando la mujer denuncia no es escuchada, señaló Judith León, integrante de la Red Sindical Venezolana y presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas de Venezuela.
Criticó que, ni siquiera con la pandemia, el gobierno invirtió en mejorar el sistema de salud de Venezuela.
«Estamos reclamando el trabajo sin dolor», sostuvo León, y recordó que estas reivindicaciones «no las podemos resolver con nuestras convenciones colectivas porque en este país las convenciones están secuestradas».
En el pliego entregado al defensor del Pueblo las mujeres organizadas solicitaron:
-Atención de la emergencia humanitaria compleja con garantía de acceso a
alimentos, medicinas, higiene menstrual, servicios de salud, educación de
calidad, agua, luz y transporte para todos.
-Salario digno e indexado.
-Concertar una política salarial con el sector público y privado para eliminar la
pobreza menstrual, garantizando una compensación salarial para una
menstruación con dignidad.
-Reconocimiento al derecho a trabajar sin dolor y de los efectos incapacitantes
de la menstruación, con permisos de hasta tres días en los casos en que sea
necesario.
-Incorporar en los convenios colectivos de trabajo los productos para la higiene
menstrual.
Las educadoras también marcharon. «Solicitamos inversión en educación para lograr una educación de calidad, reconociendo que será la base del progreso», explicó Katiuska Ruso.
Con banderas y pancartas se incorporaron las lideresas de Un Nuevo Tiempo. Su consigna: «Quiénes somos/Nuevo Tiempo/ Qué queremos/ libertad».
«Las mujeres somos luchadoras, las mujeres tenemos familia», recordó Nubia Febres. «Por eso digo: mujer, no te rindas».
«Estamos reclamando nuestro derecho a ser oídas», subrayó Beatriz Castillo, trabajadora jubilada de la Universidad Simón Bolívar (USB). «Nos han quitado todo. Que más nos van a quitar», interrogó.
Las mujeres también reiteraron la frase que se ha convertido en un emblema de las protestas de 2022 y 2023: «Y no me voy a ir, yo quiero un sueldo digno pa’ quedarme en mi país».
Para evitar conflicto con una tarima del oficialismo instalada un poco más adelante de Plaza Venezuela las manifestantes tomaron otra ruta para llegar a la Defensoría del Pueblo: subieron por la avenida Montevideo hacia la avenida Libertador, y de allí caminaron hacia el centro de Caracas.