También exigió que dirigentes sindicales despedidos, como Rubén González y Eudis Girot, sean reincorporados a sus puestos de trabajo y que les paguen salarios caídos
A la sindicalista Marcela Máspero le dijeron, hace más de cuatro años, que si no se iba del país «la próxima era ella». Es decir, que si no se marchaba, podía ser encarcelada. Máspero se exilió en España, pero regresó a Venezuela a finales de la semana pasada para participar en el diálogo social convocado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este jueves 28 de abril Máspero -como integrante de la Unión Nacional de Trabajadores- se reunió con representantes de la OIT. Una hora después, salió a las puertas del Hotel Renaissance a recibir la marcha que realizó un grupo de trabajadores de base.
Máspero hizo un conjunto de solicitudes muy concretas. Instó a que se instale una mesa de trabajo, el 4 de mayo, para avanzar en la liberación de trabajadores presos.
Estas excarcelaciones deben concretarse, según planteó, antes del 31 de mayo.
También exigió que dirigentes sindicales despedidos, como Rubén González y Eudis Girot, sean reincorporados a sus puestos de trabajo y que les paguen salarios caídos. «Que vuelvan a sus puestos de trabajo, como el caso del sindicato de la Cancillería» y el dirigente José Patines, refirió.
La dirigente sindical demandó, por otra parte, la nulidad del memorándum que «aplanó» los tabuladores salariales de la administración pública.