Sindicatos que protestan en el PNUD, federaciones de trabajadores que marchan para denunciar bajos salarios, gremios que se reúnen para construir una agenda de lucha común: Estas son algunas señales de que podría estar cambiando el panorama sindical venezolano
El 8 de febrero de 2021, un grupo de dirigentes gremiales –liderado por el Sindicato de Trabajadores del Instituto Nacional de Parques (Inparques)- acudió a la sede en Caracas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El propósito: entregar un documento a la relatora especial de Naciones Unidas para las medidas coercitivas, Alena Douhan, para ratificarle que la debacle del país comenzó mucho antes de las sanciones.
Dos días después, el 10 de febrero, la Federación de Trabajadores de la Salud marchó desde el Hospital de Niños JM de los Ríos, en San Bernardino, hasta la sede de la Defensoría del Pueblo, en la plaza Morelos. La movilización fue de pocas cuadras, pero permitió mostrar –como lo comentó uno de los manifestantes- que la Defensoría se parece a la letra de aquella canción de Shakira: “Bruta, ciega, sorda y muda”.
El 23 de febrero, varios gremios se reunieron en la sede de la Asociación de Profesores de la UCV para lanzar una iniciativa unitaria; es decir, la defensa de una agenda común por encima de las diferencias puntuales.
¿Resucita el movimiento de trabajadores en Venezuela después de años de dispersión, postración y diferencias, y con la administración pública semiparalizada por la cuarentena, el esquema 7X7 y los bajos salarios?
La denuncia nacional e internacional
Durante la visita al PNUD, la secretaria de organización de Sunep-Inparques, Marlene Sifontes, dijo esperar que Alena Douhan, valore “de manera objetiva, imparcial los planteamientos de la clase trabajadora” e incluya “la posición de los trabajadores.
Sifontes no quiso opinar sobre si la relatora estaba o no engañada sobre la crisis. “Lo que sí nosotros queremos es abrirle los ojos desde la perspectiva de la clase trabajadora, y esperamos que ella lo valore”.
De la relatora “yo espero objetividad”, expresó en ese momento Keta Stephany, integrante de la directiva de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv). Stephany planteó que no dejar ingresar el diésel “afecta al pueblo venezolano”, pero acotó que una sanción “que congele bienes de corruptos no afecta al pueblo venezolano”.
Lo resumió así: “Lo que perjudique al pueblo, se quita; lo que beneficie al pueblo, se pone”.
Tanto Sunep-Inparques como la Fapuv, han insistido en evidenciar qué ocurre en el país y quiénes son los responsables. En otras palabras, han mantenido la línea de denuncia.
Por las reivindicaciones
Los trabajadores de la salud lanzaron, en febrero pasado, la Ruta de la Paz: protestas y asambleas para visibilizar la precariedad del ingreso que reciben. La marcha hasta la Defensoría del Pueblo transcurrió sin incidentes y sin represión por parte de los funcionarios de la Policía Nacional del Pueblo.
Pablo Zambrano, secretario general de Fetrasalud, aseguró que en Venezuela no hay salario: “Eso no existe”.
Con las actividades “vamos amalgamando la unidad: la unidad de abajo hacia arriba”, con la finalidad “de lograr el entendimiento entre los actores políticos”.
Zambrano instó a comenzar “la recuperación del salario” y enfatizó que Nicolás Maduro, cuando era trabajador, “no era un tipo tan inconsciente” y aseveró que Maduro sabe “que la gente no está ganando suficiente”.
“Somos todos vulnerables y el sueldo que nos están cancelando no alcanza para cubrir ninguna necesidad”, precisó Amparo Oviedo, presidenta del sindicato de jubilados del IVSS. El sueldo máximo, estimó Oviedo, no llega a 9 millones de bolívares: menos de cinco dólares.
Agenda común
En el Encuentro Unitario de Trabajadores por Venezuela ,celebrado en la Apucv el 23 de febrero, el profesor Víctor Márquez, presidente de este organismo universitario, indicó que debe reconocer que el movimiento sindical está disperso para comenzar la recuperación.
“La estrategia que estamos desarrollando desde aquí es no pelear con ningún otro sector sindical. Cada quien tiene derecho a percibir la realidad y a hacer las gestiones que considere convenientes”, detalló Márquez. Pero la idea participar “en todas aquellas acciones, independientemente de quién las promueva, en defensa de las condiciones de vida y trabajo de los venezolanos, porque el problema que nos unifica es el hambre”.
La próxima semana, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se reunirá y debatirá el caso venezolano. Servando Carbone, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), recordó que partidos políticos y ONG “han ido a denunciar al régimen por su violación de derechos humanos” y “lo que menos se esperaba el régimen” es que la OIT lo condenara.