En nuestra historia contemporánea se sostiene del debate teórico sobre el 18 de octubre del 1945, en donde se debate si fue un golpe de Estado o fue una revolución política.
A través de la consulta de la fuentes vivas podemos contrastar opiniones sobre el este debate y así poder formular nuestras propias conclusiones.
Una lectura de la historia señala que el 18 de octubre de 1945, fue un “golpe de Estado de orden cívico-militar», dirigido con la intención de derrocar el presidente Constitucional de ese momento como fue Isaías Medina Angarita.
Este golpe de Estado se llevó de forma efectiva por una coalición entre los partidos políticos y las Fuerzas Armadas de aquel momento histórico.
Los actores políticos más visibles fueron Rómulo Betancourt por el partido Acción Democrática (AD), y Marcos Pérez Jiménez por parte de las Fuerzas Armadas.
En medio de está realidad de corte histórico, es sustancial destacar que el general Medina Angarita, fue el primer presidente del país que legalizó a los partidos políticos y su actividad en la nación.
Frente a esto se retoma la pregunta: ¿Los eventos cívicos-militares del 18 de octubre de 1945 en Venezuela, fueron un golpe de Estado o una revolución política?
Se afirma en términos científicos sociales que al surgir la posibilidad de la “reelección presidencial” de Medina Angarita, la militancia adeca en compañía de los militares de aquel entonces planificaron y legitimaron el golpe de Estado.
Por otra parte, uno de los autores que manifestó el concepto de “revolución de octubre” fue el historiador Manuel Caballero, alegando que “el movimiento político del 18 de octubre conformó el inicio de la real democracia en Venezuela”.
Desde la lectura tradicional de la historia contemporánea venezolano, se sostiene el criterio que el eventos políticos del 18 de octubre del 1945, fue un «movimiento revolucionario», entre otras razones, porque finalizó el largo período de los «andinos al poder», fenómeno que comenzó a finales del siglo XIX en la historia Republicana de la nación.
¿Cómo fue?
Se cuenta con el registro histórico que reseña que a primeras horas de la mañana estalla la revuelta en la Escuela Militar en Caracas. Por la tarde, se había extendido a los cuarteles de San Carlos, La Planta y Miraflores, en Caracas y llegó a la guarnición de Maracay.
Analistas coinciden en que el presidente Medina Angarita “sí contaba con unidades militares fieles en la capital del país”, incluyendo además las fuerzas policiales de la nación.
En medio de este evento el primer mandatario decidió entregarse y argumento que quería “evitar un derramamiento de sangre”. Es sustancial recordar que el golpe de Estado generó 65 personas fallecidas.
Al concretarse el derrocamiento de Medina Angarita surgió la figura de la Junta Revolucionaria de Gobierno del 19 de octubre, presidida por Rómulo Betancourt acompañado por los siguientes integrantes: Por el partido Acción Democrática (AD) fueron, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios; por la sociedad el medico Edmundo Fernández; por las Fuerzas Armadas, el mayor Carlos Delgado Chalbaud y el capitán Mario Vargas.
Revolución o Golpe de Estado
El analista político, Guillermo Tell Aveledo, sostiene que “desde que nos declaramos República en Venezuela, tenemos respiración de libertad e igualdad. Sin embargo, esta había sido esquiva durante el siglo XIX, que transcurrió con el intento infructuoso de imponer la igualdad mediante el impulso caudillista”.
Sobre la base de está afirmación destacó que “las guerras civiles marcaron ese siglo, y en el siglo XX se impuso la seguridad por encima de la libertad”.
“La apertura hacia la igualdad y la libertad, que se inicia en 1936, no satisface las aspiraciones populares, las cuales los partidos modernos adoptarían como bandera”, subrayó.
Para finalizar destacó que “si bien la democracia venezolana tuvo su primer episodio polémico y crítico con el régimen iniciado el 18 de octubre de 1945, los 40 años de democracia vividos a finales del siglo XX evidencian tanto su realización como la crisis que revela la distancia entre la práctica y la aspiración”, sostiene el analista”.
Vigencia democrática
El abogado y analista político, Giulio Cellini Ramos, presidente de LOG Consultancy, sobre la base de este debate señaló que “en ocasión de conmemorar un aniversario más de la Revolución de Octubre de 1945, tiene sentido reivindicar la figura del sufragio universal que tanta sangre, sudor y lágrimas ha costado a la sociedad venezolana e inclusive, en este momento en el que la ruta electoral se encuentra herida de gravedad”
“Ahora vale la pena reivindicar la participación popular en las elecciones de orden democrático, toda vez que constituye la herramienta más importante que tenemos los civiles para participar en la en los asuntos públicos”, indicó.
Asimismo agregó que “el sufragio es la representación de la participación ciudadana sobre la base de escoger su destino político”.
“Recordando el 18 de octubre y el uso democrático de voto, lo reivindicamos porque el voto es la única manera de poder producir los cambios que demanda la sociedad y la única manera de que la sociedad levante su voz de la forma cívica y Constitucional”, argumentó Cellini Ramos.
Concluye su argumentación indicando que “en este momento en particular del país y recordando los eventos históricos del 18 de octubre del 1945, es importante subrayar que sigue vigente la importancia del voto como mecanismo democrático para orientar el destino político de una sociedad».
«Ahora más que nunca no podemos abandonar el poder Constitucional que representa el voto en un sistema de orden democrático. Hoy más que nunca, no podemos dejar de lado la importancia del voto a partir de nuestra tradición histórica. En los actuales momentos no se puede abandonar la ruta electoral, todo esto para hacer posible las mejoras ciudadanas que garantiza el cívico camino electoral de todos los venezolanos”.
Orden constitucional
Por su parte, el abogado y analista político, Johel Orta, sostiene que «el 18 de octubre es una fecha extraordinariamente importante para la vida Republicana de Venezuela por cuanto constituye para unos una revolución y para otros un golpe de Estado. Es así como la historia contemporánea del siglo XX y del siglo XXI en Venezuela se ha configurado en la concepción de ambas posibilidades”.
Asimismo destacó que “lo que para un sector es bueno para otro es malo y así se sostiene la interrogante sobre revolución o golpe”.
“Y a quienes estamos haciendo política en la actualidad venezolana a lo que debemos aprender de ese momento histórico, como precedente político, es que de allí surge la necesidad de los actores políticos actuales, estudiemos ese instante como parte de nuestra vigencia política actual. Todos debemos respetar y defender el orden Constitucional y democrático del país», agregó para concluir Orta.
