El Centro de Estudios Políticos y de Gobierno
A la palabra democracia la quieren resignificar, la están manoseando, la están manipulando, y detrás de eso aparecen ejercicios de tiranía, autoritarismo y populismo, afirmó el recién juramentado rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Arturo Peraza, durante la entrega de la cuarta edición de los premios Valores Democráticos “Francisco José Virtuoso” instituido por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (Cepyg) de esa universidad.
El premio Valores Democráticos tiene tres categorías: Integridad Democràtica, Libertad de Pensamiento y Hacedores de Democracia y en esta, su primera edición fue otorgado a personalidades e instituciones. Entre los primeros estuvieron el exmagistrado Román Duque Corredor, el provincial de los jesuitas en Venezuela, Alfredo Infante y el dirigente social y militante de Primero Justicia Roberto Patiño. Entre las segundas estuvieron las universidades Central de Venezuela y Los Andes.
Peraza apuntó que las acciones que se han venido produciendo en Venezuela para socavar la democracia se están poniendo en práctica en otras partes del mundo y que por eso los venezolanos “podemos decir que venimos del futuro”. Se mostró optimista de cara al futuro, gracias a la resiliencia demostrada por los venezolanos, pues “desde abajo vuelve a haber un clamor, porque desde abajo se sigue llamando a construir democracia”.
Democracia amenazada
En el acto hubo un consenso inequívoco, la democracia en Venezuela está seriamente amenazada. Todos los premiados hicieron referencia al tema. El director del Cepyg, Benigno Alarcón, esñaló que el premio lleva el nombre del recientemente fallecido rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso, en reconocimiento a su “compromiso y trabajo por la reconstrucción de la democracia que queremos ser”.
Alarcón aseguró que hay la oportunidad de construir un país desde cero, siendo este el mayor reto para todas las generaciones que coinciden en la Venezuela actual, teniendo que aprovecharse de las virtudes de cada una de ellas: “la sabiduría de los ancianos, la capacidad de trabajo de los adultos y el ímpetu de los jóvenes”.
Sin ética no hay democracia
El exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia, Román Duque Corredor, recibió el premio en la mención Integridad Democrática, y señaló que democracia es algo más que hacer política, siendo que a través de la política se hace ciudadanía con sentido ético, y sentenció que «una democracia sin ética no es democracia”.
La Universidad Central de Venezuela recibió el premio en la misma categoría que Duque Corredor, siendo su rectora, Cecilia García Arocha la encargada de recibirlo, afirmando estar “doblemente honrada” por este reconocimiento. “Porque el premio proviene de una institución hermana y porque lleva el nombre de Francisco José Virtuoso”.
El padre Alfredo Infante, provincial de los jesuitas en Venezuela, recibió el reconocimiento en la categoría Libertad de Pensamiento, dijo recibir el premio en nombre de los emigrados y de los perseguidos políticos que hay en Venezuela. “Las palabras libre y responsable acompañadas del verbo pensar son una amenaza para quienes detentan el poder”. Agregó que sueña con un país donde no haya que premiar la libertad de pensamiento.
La Universidad de Los Andes fue reconocida en la misma categoría que Infante y el galardón lo recibió su rector Mario Bonucci, quien relató todas las agresiones que sufren las universidades autónomas en Venezuela, pero resaltó el compromiso de sus profesores y demás trabajadores, quienes pagan por trabajar, porque no están dispuestos a que la ULA cierre y mantienen su compromiso con la democracia.
La violencia como vecina
El último en recibir el reconocimiento fue Roberto Patiño, fundador de Caracas Mi Convive y Alimenta la Solidaridad. Su premio fue en la categoría Hacedores de Democracia, y fue recibido por la líder comunitaria de la parroquia Santa Rosalía de Caracas, Saray Figueredo, quien comenzó agradeciendo a Patiño “ser lo que hoy soy”.
Relató la tragedia de su familia. Uno de sus hermanos murió por la violencia caraqueña, lo que fue un golpe muy duro para su madre, hermano y hermana, quienes en un principio no reaccionaron de la mejor manera ante lo ocurrido, pero gracia al trabajo adelantado por Patiño y quienes lo acompañan, entre quienes hoy está Saray Figueredo, la situación se revirtió de manera positiva.
Figueredo se mostró convencida de las virtudes de la democracia y de la necesidad de recuperarla en el país. “Caracas mi Convive hizo posible darle la oportunidad a los jóvenes de los sectores populares. Es difícil crecer teniendo a la violencia de vecina. Me negué a permitir que la violencia se normalizara”, señaló después de enumerar los distintos operativos gubernamentales contra la delincuencia que tuvieron que soportar en su barrio.