Como secretario nacional del movimiento obrero sindical del comité central del Partido Comunista de Venezuela, Pedro Eusse sostiene que «la clase trabajadora nunca ha tenido el poder en Venezuela». Considera que «la derecha del gobierno y la derecha de la oposición llegan a acuerdos, y esos acuerdos cada vez más afectan los intereses de las mayorías». Y concluye que «la solución de fondo es una verdadera revolución en la que la clase trabajadora tome el mando»
Muchos años tiene Pedro Eusse como dirigente sindical del Partido Comunista de Venezuela (PCV), y en ese tiempo ha visto de todo. Como secretario nacional del movimiento obrero sindical del comité central del Partido Comunista de Venezuela, Eusse sostiene que «la clase trabajadora nunca ha tenido el poder en Venezuela». Considera que «la derecha del gobierno y la derecha de la oposición llegan a acuerdos, y esos acuerdos cada vez más afectan los intereses de las mayorías». Y concluye que «la solución de fondo es una verdadera revolución en la que la clase trabajadora tome el mando».
Eusse participó en la concentración realizada este jueves 9 de diciembre en la plaza Lina Ron, en el centro de Caracas, para solicitarle a Nicolás Maduro que libere a 19 trabajadores presos. «La lista de 19 es la que tiene el comité de familiares, pero es muy difícil, desde nuestro punto de vista, hablar de un número determinado porque son numerosos los casos. Desde hace años, haciendo memoria, desde 2012 o 2013 estábamos ya atendiendo casos de trabajadores que habían sido detenidos. Eso es recurrente, es continuo».
-¿Es una política de Estado?
-Es una lógica del Estado burgués de utilizar el Poder Judicial, el sistema policial, el sistema de justicia siempre para golpear a aquellos que son incómodos al poder. Eso era antes con Acción Democrática y Copei, lo vivimos. ¿Cuántos camaradas no fueron asesinados, cuántos no fueron apresados sin ningún tipo de consideración ni respeto por sus derechos? Hay gente que se sorprende porque eso esté pasando ahora, pero es hasta lógico, porque el Estado no ha sido desmontado. Ha habido cambios de forma, de apariencia, pero no cambios esenciales. Ahora, ¿qué pasa? En una crisis como la que vivimos en Venezuela, una crisis del capitalismo dependiente y rentista venezolano, estas situaciones se presentan más continuamente, porque se agudizan las contradicciones, porque hay más luchas. Eso es lo que está pasando. Desde 2014 esto se ha agudizado. El Frente Nacional de Lucha de Clase Trabajadora se constituyó en junio de 2014, y nosotros inmediatamente tuvimos que atender una situación de dirigentes sindicales de Alentuy (Lara) y logramos la libertad por las presiones, las acciones. Incluso, con gestiones políticas que se hicieron.

Asegura que, desde que se creó el Frente, «son decenas» de trabajadores encarcelados o perseguidos. Eso incluye a dirigentes sindicales del sector eléctrico, entre otros. «Y no solamente eso. Es que continuamente hay detenciones de horas, de días, amenazas de fuerzas policiales, del Sebin, de Dgcim, de Cicpc, de Guardias Nacionales».
Eusse denuncia que «continuamente hay hostigamiento y presión. Muchas veces no son órdenes que vienen desde centros de dirección de esos organismos, sino que los distintos patronos tienen relaciones cercanas con funcionarios, y los utilizan. Muchas empresas privadas lo usan. Alentuy era un privado que luego pasó a ser público, Alimex es una empresa privada».
En un informe presentado para la Federación Sindical Mundial se reportaron «cerca de 50 situaciones en general, pero son muchos más que esos». Cita la detención de varios trabajadores de Lácteos Los Andes «porque están denunciando unas situaciones, y es incómodo para esa gerencia, y esa gerencia utiliza sus relaciones con organismos policiales para neutralizar esas denuncias».
-¿Qué hace el Ministerio del Trabajo?
-El Ministerio del Trabajo no hace nada contra eso. Cuando había mesas de trabajo del Frente con autoridades del ministerio nosotros llevamos la judicialización y criminalización. Algunos funcionarios se sorprendían y nos pedían información, pero en general no hubo ningún tipo de actuación contra eso. Esto también se ha llevado a la Fiscalía, se ha llevado a la Defensoría, a distintas instancias.
-¿Qué soluciones ve?
-Uno pudiera pensar en soluciones puntuales inmediatas para algunos compañeros, como una medida humanitaria que favorezca, si no a los 19, a los casos más graves. Eso puede ser una solución inmediata, puntual, parcial, concreta que favorece a algunos compañeros. Pero eso no va a resolver el problema permanente, estructural que existe en Venezuela. Aquí los patronos no pagan prisión. Los patronos continuamente violentan derechos laborales. Incluso, está establecido en la Ley Orgánica del Trabajo que en los casos reiterados de desacato de órdenes de reenganche los patronos deberían ser judicializados, y eso no sucede. Eso nunca sucede. Y no solamente los patronos. También hay muchísimos delincuentes poderosos que no son procesados. Si acaso los detienen salen inmediatamente libres.
-¿Qué soluciones ve?
-Es un problema de la naturaleza de clase del Estado, del sistema socioeconómico venezolano. La solución de fondo es una verdadera revolución en la que la clase trabajadora tome el mando de la situación política y económica del país.
-¿No lo tiene en este momento?
-No lo tiene. Nunca lo ha tenido. La clase trabajadora nunca ha tenido el poder en Venezuela. Eso puede ser un título.
-Maduro afirma que es presidente obrero.
-Nosotros hemos dicho en otros momentos: no basta con que un trabajador, o alguien que alguna vez fue trabajador, ostente un cargo de máximo nivel en un gobierno. Si ese gobierno no cambia su naturaleza ese funcionario, a pesar de que haya sido obrero o trabajador, termina siendo una pieza del sistema. Una ficha más del sistema. Y aunque tuviera buenas intenciones, termina favoreciendo a los poderosos.
-¿Eso está pasando?
-Eso es parte de lo que está pasando. Pero ya creo que el presidente Maduro y los más importantes cargos del poder están conscientemente actuando en favor de los intereses del capital. Y eso los hace ser cada vez más insensibles ante la situación que viven millones de personas, líderes, luchadores. Tienen que justificar su posición, tienen que darse ánimo para seguir en su política. Por eso es que muchas veces simplemente no escuchan.
-¿En este momento no escuchan?
-No escuchan. Porque si escucharan, muchas de estas cosas se resolvieran. Eso no va a cambiar la naturaleza burguesa del Estado, pero por lo menos habría funcionarios sensibles a las cosas más graves, y utilizarían la norma constitucional, que tiene elementos suficientes que, si se aplicaran, se corrigieran muchas cosas. Pero para eso haría falta una voluntad política de las autoridades, que no las tienen por los intereses de clase que prevalecen allí. No se trata de cosas románticas, si son buenos o son malos, sino los intereses que defienden. Muchos políticos que están en el poder se han convertido en empresarios, se han convertido en socios de empresarios, se han convertido en amigos de grandes empresarios, de mafias, de grupos económicos, de corruptos exitosos. Hay un entramado de complicidad que hace que estas cosas se estrellen contra un muro infranqueable.
-Cuando habla de una verdadera revolución, en el caso venezolano, ¿en qué piensa?
-Eso significaría que las fuerzas populares, obreras, campesinas y comuneras, que no se sienten interpretados por el actual poder político, y tampoco se sienten expresados en los factores de la derecha opositora que pretenden tomar el gobierno, desafían a esas fuerzas y se levantan con un programa de lucha propio; con un plan propio. Para eso tienen que actuar con independencia y autonomía frente a los poderes. Esos poderes que ostentan el gobierno, y los poderes fácticos direccionados desde los centros imperialistas llegan a acuerdos. La derecha del gobierno y la derecha de la oposición llegan a acuerdos, y esos acuerdos cada vez más afectan los intereses de las mayorías. Estas mayorías, que son los trabajadores, los sectores activos y jubilados, los sectores populares, las comunidades, los hombres y mujeres que todos los días tienen que ver cómo hacen para subsistir, tenemos que unirnos y levantar una alternativa. Eso es lo que hemos querido con la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), que es una semilla que todavía está por definirse.
-¿Han sido perseguidos?
-Claro, porque el poder no quiere una alternativa popular frente a ese pacto de gobernabilidad de las derechas del gobierno y de la oposición. Hacen todo lo que tengan que hacer para evitar que insurja, se consolide y se levante un movimiento popular que sea una alternativa. Ahora, ¿existe un programa? Existen elementos de un programa. Existen elementos programáticos que no están elaborados plenamente, pero hay unos elementos. Hay que darle más fuerza, más contenido, y eso hay que terminarlo de construir con la gente, con los campesinos, con los trabajadores, con los movimientos populares.

-¿Un programa pensando en 2024? ¿En las presidenciales? ¿Un revocatorio?
-Es un programa pensando en que el pueblo trabajador presente sus propias propuestas de gobierno: sus propias candidaturas, sus propias propuestas en cualquier momento. Nosotros, el PCV, hemos tenido cierta cautela para salir de una vez a decir que estamos con el revocatorio. No hemos tomado una decisión. Esa decisión le corresponde al comité central del partido, o una conferencia nacional. Hemos sido cautelosos porque esa bandera la han levantado factores de la extrema derecha, que no nos merecen ninguna confianza porque no interpretan los intereses populares sino los intereses de grupos económicos. Ellos se manejan con dos manos: por un lado negocian con el gobierno, y por otro lado trabajan para derrocarlo. Nosotros no podemos ser parte de un plan de esa gente. Nosotros tenemos que tener nuestro propio plan. Si como parte del plan se decide apoyar el referéndum, si se logra convocar, y a los venezolanos se les pregunta sí o no, nosotros tenemos que decidir. Pero no para hacer la comparsa a la derecha propimperialista, sino para levantar nuestra propia alternativa de poder.
-¿Un plan de lucha pensando en 2024?
-No solo en 2024. Que señale elementos inmediatos de este 2022, 2023.
-¿Por ejemplo?
-Nosotros estamos dando la pelea por el rescate del salario. Nosotros venimos levantando dos proyectos de ley: un proyecto de ley de escala móvil de salarios y pensiones indexado con la canasta básica; y el proyecto de ley de rescate y revalorización de las prestaciones sociales, porque las prestaciones sociales perdieron todo su valor desde 2018, con la reconversión monetaria, y han seguido perdiendo valor. Los trabajadores son arreglados con prestaciones sociales que no sirven para nada, ridículas, insignificantes. Nosotros planteamos llevar a la Asamblea Nacional propuestas para forzar un debate. No es simplemente que esa AN vaya a discutir eso. La idea es, utilizando la iniciativa popular establecida en la Constitución, que se recojan firmas de miles de hombres y mujeres. Ya se están recogiendo firmas. Que eso llegue a la Asamblea Nacional y se comience un proceso de presión social y política para obligar a la Asamblea Nacional a que tenga que discutir eso. La Constitución dice que si la AN no discute proyectos de ley de iniciativa popular, tiene que someterse a referéndum aprobatorio. Nosotros vamos a levantar esa lucha. Se comienza a trabajar para, en 2022, levantar ese movimiento: un movimiento amplio, unitario, más allá de si esa gente votó por el gobierno, votó por la oposición, votó por el PCV o no votó por nadie. No importa. La lucha por el salario debe ser la lucha de todos. Vamos a presionar al Poder Legislativo para que discuta esos proyectos de ley, y si no los discute y tampoco se convoca el referéndum, quedan expuestos ante el mundo y ante la clase obrera venezolana como factores a los que no les interesa para nada resolver esta situación.
-¿Hasta cuándo van a recoger las firmas?
-Hasta febrero de 2022. Llamamos a todos a que apoyen con sus firmas ambos proyectos.






