La historiadora y analista política Margarita López Maya participó en el Foro Pensar Venezuela, donde presentó un avance de su más reciente investigación titulada “Militarismo modernizador versus militarismo revolucionario”, un estudio comparativo entre tres regímenes autoritarios venezolanos: los de Juan Vicente Gómez, Marcos Pérez Jiménez y el chavismo. El trabajo, realizado en colaboración con el politólogo Manuel Hidalgo de la Universidad Carlos III de Madrid, será próximamente publicado en la revista National Library Review del Reino Unido.
Durante su intervención, López Maya calificó el estudio como “exploratorio”, dado que, según explicó, aún hay poca bibliografía y escasa reflexión comparativa sobre estos tres momentos autoritarios. Sin embargo, sostuvo que ya es posible identificar hipótesis y contrastes significativos, especialmente en torno a las fuentes de legitimidad y las relaciones de poder en cada período.
Tres autoritarismos, distintas legitimidades
Una de las principales líneas analíticas abordadas por la historiadora fue el contraste en las fuentes de legitimidad de los tres regímenes. López Maya destacó el uso del nacionalismo bolivariano como elemento común, pero con variaciones notables.
En los regímenes de Gómez y Pérez Jiménez, el nacionalismo se vinculaba al culto a Bolívar desde una óptica militarista, enalteciendo valores como la fuerza, la lealtad y la obediencia. En cambio, en el chavismo, dicho culto se transforma en una relectura mística de la figura de Hugo Chávez como una reencarnación de Bolívar, presentado como un “mesías socialista” encargado de culminar la obra inconclusa de la independencia.
La segunda fuente de legitimidad que comparó fue el cesarismo democrático frente al marxismo revolucionario a la venezolana. Mientras que los autoritarismos del siglo XX se apoyaron en el pensamiento positivista para justificar la necesidad de un “hombre fuerte” que condujera al país hacia el orden y el progreso, el chavismo invoca una narrativa de lucha del pueblo oprimido contra las élites, con una concepción casi religiosa de la soberanía popular.
La tercera dimensión tratada fueron las elecciones en contextos autoritarios. López Maya subrayó que todos los regímenes autoritarios venezolanos han recurrido a procesos electorales o plebiscitarios como forma de legitimación, aunque sin cumplir con los principios de elecciones libres, competitivas y representativas. En el caso actual, denunció una sofisticada arquitectura para desvirtuar los comicios, incluyendo la cooptación de partidos, la inhabilitación de líderes opositores y el control del poder electoral.
El poder judicial y la represión
López Maya también abordó la relación entre los autoritarismos y el poder judicial. En el caso de Gómez, explicó que existía una dualidad entre una justicia ordinaria profesionalizada y una “justicia de los casos políticos” directamente controlada por el Ejecutivo. Pérez Jiménez también usó la represión selectiva, pero a través de cuerpos como la Seguridad Nacional.
En contraste, el chavismo ha diluido completamente las fronteras entre la justicia ordinaria y la justicia política. Según López Maya, hoy existe una fusión institucional donde los jueces, nombrados por instancias controladas por el Ejecutivo, procesan casos políticos dentro del mismo sistema judicial, sin garantías de imparcialidad. A esto se suma una estructura represiva más compleja, compuesta por cuerpos militares, policiales, y colectivos civiles armados.
La fusión cívico-militar
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es la transformación de las relaciones entre civiles y militares. Mientras que en el gomecismo predominaban relaciones patrimoniales —donde el poder se distribuía entre socios y aliados—, y en el perejimenismo se institucionalizó una dictadura militar más rígida, el chavismo ha promovido una fusión cívico-militar-policial, diluyendo las fronteras entre lo civil y lo castrense. Esto, advirtió López Maya, ha llevado a una desprofesionalización de las Fuerzas Armadas, preparadas más para la represión interna y la “guerra de larga duración” que para una defensa nacional convencional.
Un autoritarismo con ideología
Finalmente, la historiadora enfatizó que, a diferencia de los autoritarismos del siglo XX, el régimen actual posee una carga ideológica más definida, aunque difusa en términos doctrinarios. Se trata, según sus palabras, de un “militarismo revolucionario”, con aspiraciones de transformación socialista bajo un modelo comunal, donde el liderazgo se presenta como expresión directa del pueblo soberano, eliminando cualquier espacio autónomo para los poderes públicos o la ciudadanía.
La ponencia de López Maya aportó elementos cruciales para entender las continuidades y rupturas del autoritarismo en Venezuela, en un esfuerzo por construir un marco analítico que, según insistió, aún está en desarrollo pero que abre nuevas rutas para la investigación comparada.