El periodista y candidato presidencial del Movimiento Popular Alternativo asegura que el mandatario «está de salida» y sostiene que el canje que hizo posible la liberación de los sobrinos de la pareja presidencial «le va a costar bastante» al propio Maduro
«No quiero ser candidato, quiero ser presidente», afirma Manuel Isidro Molina, el periodista de una sola pieza, el candidato presidencial que hace campaña como ha hecho el periodismo: por la calle del medio.
-¿Para qué?
-El compromiso es la reconstrucción integral de Venezuela, que implica la reconstrucción integral desde el punto de vista moral y ético de la sociedad, lo cual es un reto que trasciende de un gobierno. No es un problema solo del gobierno, sino de todos los factores de la sociedad, a los cuales estoy convocando en términos de complementariedad, de intercambio de opiniones. Esto implica el rompimiento con las prácticas politiqueras de los factores cómplices de la destrucción nacional.
-¿Quiénes?
-Por un lado, los factores de gobierno, que tienen la primerísima responsabilidad por muchas razones; y por otro lado, lo que llamamos el archipiélago de la política opositora, que ha incurrido en incontables irresponsabilidades. Otros se han dedicado al lucro delictivo, se han enriquecido a espaldas del país y de sus seguidores, han manejado una fortuna gigantesca proveniente de gobiernos del exterior. Juan Guaidó y compañía no quieren rendir cuentas, son tan mentirosos como son mentirosos los del gobierno. Maduro y Guaidó son lo mismo, desde el punto de vista de que no le dicen la verdad al país y ocultan sus culpas; le echan la culpa a otro. El gobierno dice que todas las culpas las tienen la oposición y el bloqueo, y por otro lado la oposición dice que la culpa la tiene el gobierno, como si no hubiese roto un plato. Es un torneo de hipocresía que victimiza a la sociedad y que nos ha traído a una situación gravísima, que en marzo de 2018 diagnostiqué como una tragedia histórica.
-¿Hay una crisis multifactorial?
-Dentro de la tragedia histórica hay un poco de todo. Esta tragedia histórica es profunda y extendida. Tenemos un país desestructurado, una población mayoritariamente empobrecida a unos niveles impensables para un país como Venezuela. Venezuela es un país saqueado, descapitalizado y llevado a la indefensión. Esa es la Venezuela que tenemos, que el gobierno quiere esconder. Este es el gobierno de la opacidad, la mentira, la omisión y la censura. Es una de las principales culpas políticas y éticas, violan la constitución en cuanto a la libertad de expresión. El gobierno del presidente Maduro prohibió a los funcionarios dar declaraciones sin ser autorizados por el gobierno central. Esto es terrible, porque el país no conoce la realidad, las políticas públicas, y se les olvida a los funcionarios que la labor informativa es consustancial con la función pública.
-¿Lo considera presidente?
-Claro. No hay otro. Fue electo en 2018. En todo caso son elecciones validas, no se ha demostrado que son invalidas, así las hayan adelantado o factores de oposición hayan dejado de participar en esas elecciones, como dejaron las elecciones parlamentarias de 2005. Forman parte de los que nos han traído a esta tragedia histórica.
-¿Y Guaidó?
-Es un payaso, sumamente irresponsable, que se inventó una jugada de autojuramentación y ni siquiera estaba autorizado por la AN.
-Lo reconocen como líder.
-Puede tener liderazgo, pero nunca ha sido presidente ni encargado, ni interino. A través de Voluntad Popular y de otros partidos, aunque le quieren echar la culpa a él solito, fraguaron una acción internacional para el reconocimiento con el uribismo y Estados Unidos. Se desató esta vorágine que llegó a tener más de 55 gobiernos que lo respaldaron, y ahí están los gobiernos colgados de la brocha. Es presidente de algo que no es, y que todo el mundo sabe que no existe.
-¿Quién lleva las de ganar en el poder político?
-El gobierno ha consolidado su control del poder en Venezuela, pero está muy mal. Ha tenido un desvanecimiento de respaldo popular evidente, que se aceleró este año con la resolución del instructivo de la Onapre, que generó una reacción adversa muy beligerante incluso en las bases laborales chavistas, porque se sintieron agredidas. Esto provocó la destitución de los directivos, pero no ha sido anulada la resolución aunque el TSJ dijo que es inexistente. Son las particularidades de un gobierno extremadamente irresponsable, agresivo y con un autoritarismo de tono monopartidista, que es la característica de Chávez para el ejercicio del poder. Tenemos un gobierno en malas condiciones, sobre un país estropeado y saqueado, y por otro lado, un archipiélago politiquero opositor, que es un desastre. En cada una de esas islitas están peleados también. Tenemos dos AD, cuatro Copei. De cualquier manera, es una realidad, y la mayoría de las fracturas de esas organizaciones opositoras fueron por razones pecuniarias y de control político interno.
-¿Usted quiere ser presidente para qué?
-Para superar esa oscuridad, este dolor, este desvanecimiento de la vida en Venezuela, motivando a la mayoría independiente, honesta, laboriosa, solidaria, fraterna a provocar un cambio democrático verdadero en 2024. Y a partir de allí, hacia 2025, la renovación de las instituciones como AN, gobernaciones, consejos legislativos, alcaldías y concejos municipales. Es un bienio de oro para la renovación moral y ética de la nación, comenzando por las instituciones públicas de origen electivo.
-¿Ganando Maduro en 2024?
-Maduro está de salida. Maduro va a ser derrotado en 2024.
-¿Derrotado por quien?
-Aspiro a que lo derrotemos nosotros, la mayoría independiente.
-¿Con qué tarjeta y maquinaria?
-Tenemos en construcción el Movimiento Popular Alternativo, que estamos formando desde 2016. El 14 de junio presentamos reserva de nombre, fue autorizada por la dirección de partidos políticos. Esperamos autorización del cuerpo rectoral y publicación en gaceta. Y marchamos hacia una alianza plural, democrática, con sentido estratégico, que ubicaría en el marco de centroizquierda, de mucha amplitud e integración, hacia el segundo semestre de 2023.
Esta fase de su plan estratégico termina en junio de 2023. «De allí en adelante aspiramos a terminar de construir esa alianza triunfadora hacia 2024», anuncia.
-¿Alianza con quiénes?
-Que no estén implicados con los cómplices de la destrucción nacional. No vamos a hacer alianza con el gobierno ni con el archipiélago de la oposición politiquera.
Plantea «la ruptura con la politiquería existente que la gente detesta. Las propias bases del chavismo están molestas con el gobierno de Maduro, y las bases de la oposición han abandonado el liderazgo». Aclara que no participará «en primarias convocadas, controladas y financiadas por tramposos» y sostiene que «nada que haga esa agrupación del archipiélago politiquero nos convoca a nosotros. Ellos que hagan su autoconvocatoria después de hacer destruido el país con el gobierno en los últimos 22 años». Señala que hubo «un lavado de cerebro que ejecutaron ambos bandos» y que la gente «está desinformada, manipulada, aturdida; no percibe bien la realidad».
-¿Alianza con quienes?
.No estoy peleando contra todo el mundo. Estamos apuntando, sin pedir permiso al los bandos, a encontrarnos con la mayoría independiente, inconforme, honesta, asqueada de los niveles de corrupción de los factores políticos conocidos para un cambio verdadero en la sociedad venezolana.
-¿Cree que Maduro va de salida?
-Creo que sí. En los factores de gobierno están horrorizados con la idea de que se entronice por 6 años más, para cumplir 18 años en Miraflores, solo superado por Juan Vicente Gómez. Es un futuro inmediato aterrador y el PSUV verá qué hace, a quién pone. Que Maduro va a dejar de ser candidato, muy difícil, porque está practicando el modo autocrático de hacer política que instauró Hugo Chávez. Es posible que el chavismo se divida otra vez.
-¿Cómo se va a dividir?
-Se les puede trancar el serrucho cuando evalúan que la opción Maduro es la peor opción que tiene el gobierno, y tenemos a un Maduro en términos de ridiculez que llega a la política del super bigote, de la mano de super Clita, escondiendo las cifras del fracaso del gobierno.
El chavismo ha tenido varias divisiones, rememora. Hoy «si es posible una fractura orgánica del PSUV. Parte de la debilidad de Maduro es que, bajo su rectoría, el Gran Polo Patriótico es una alianza prácticamente extinguida. El PSUV maneja todos los recursos del Estado «grosera y delictivamente, y hay una corte de satélites silentes absolutamente obedientes y muy conformes con algunas ventajitas pecuniarias y burocráticas».
-¿Ve en Miraflores un presidente distinto del PSUV?
-Claro. Nosotros aspiramos a ganar las elecciones de 2024. Si la mayoría del país que no quiere a estos bandos, y menos quiere al gobierno, asume la decisión y la responsabilidad de provocar un cambio verdadero en Venezuela, el gobierno va a ser derrotado. El gobierno enfrenta candidatos con rabo de paja, que no es mi caso.
-¿Usted no tiene rabo de paja?
-Yo no, y lo digo con orgullo, Hoy día vale la honestidad y vale el compromiso de una vida por los derechos sociales, los derechos del pueblo y los intereses estratégicos de nuestro país.
-¿Quién lo financia?
-Nosotros mismos. Es una campaña que no se asoma ni se iguala al derroche. No nos hace falta abundancia de recursos. Hacen falta recursos, pero serán provenientes del pueblo. Se van a sostener colectas, hay aportes de personas, aspiramos a que haya aportes de sectores que se comprometan con este cambio democrático verdadero. Soy el único que ha dicho claramente, y lo difundimos por mis redes sociales, que no aceptaremos dinero de narcotraficantes, de corruptos y sus testaferros, de las mafias delictivas ni de las mafias de los juegos ilegales y legitimación de capitales. Quiero escuchar eso de los aspirantes. El país tiene que saber que uno de los componentes principales del fracaso actual de Venezuela es la corrupción.
Molina comenta que, si en el CNE no les dan una tarjeta, «tendremos tenemos un plan B, habrá factores políticos registrados dispuestos a apoyar una candidatura independiente. Tenemos un plan B, con partidos registrados y legalizados».
-¿Cuál es su lema de campaña?
-«Solo el pueblo elige a su presidente», porque nosotros creemos que hay factores pervertidos que pretenden precalificar a los candidatos por sus intereses mezquinos, y eso no lo vamos a hacer. Es la gente la que nos interesa.
No cree que se adelanten las elecciones presidenciales. «Acortar el periodo presidencial de seis años significa una reforma de la Constitución vía reforma o enmienda, y cualquiera de las dos vías requiere de un referéndum, que se convertiría en un plebiscito contra el gobierno que él no está interesado en autoimponérselo. No pueden adelantarla. Tiene que hacerlas en 2024. Decir que van a ser en 2023 es un invento perjudicial que desorienta a la opinión pública».
¿Cuál es la primera medida que tomaría? «Una campaña por la revitalización ética y moral de la república. La reestructuración del sistema de justicia. que está podrido y que esta afectando seriamente la vida venezolana tanto en el ámbito vecinal como en el desarrollo de la economía. Evaluacioó y fortalecimiento ético y moral de la Fuerza Armada, que forma parte de todo este empeño, un esfuerzo que no es solo del gobierno sino que convoca a toda la sociedad», describe.
También implementaría «una nueva política salarial que remunere el talento, la responsabilidad y los niveles de productividad de trabajadoras y trabajadores, dentro de un esquema de economía mixta que enlace en circulo virtuoso el esfuerzo de la empresa privada, del sector publico y de todas las organizaciones productivas de los trabajadores, desde la microempresa hasta las cooperativas».
-¿Con qué dinero?
-Este no es un problema de dinero, sino de política. Esto incluye el regreso de capitales y la inversión extranjera, que deben facilitar la desburocratización del Estado a través del empleo directo en estas áreas.
-¿Dejaría al ministro de la Defensa?
-Al ministro de la Defensa lo voy a cambiar. Se van a cambiar todos los ministros.
Molina insta a acabar con el sectarismo y convoca a un gobierno de unidad nacional para la reconstrucción integral de Venezuela. «Gobernaría con venezolanos virtuosos y decentes. Esos mercachifles, así tengan títulos, no tiene entrada en mi gobierno. Una de las medidas para un buen gobierno es aplicar el artículo 271 de la Constitución, que establece la imprescriptibilidad de los delitos como violación de derechos humanos, corrupción, enriquecimiento ilícito. Quienes han saqueado la nación, de todos los colores y a todos los niveles, tienen que ser judicializados, y no puede asomarse la idea de la impunidad. Soy contrario a la impunidad para aquellas personas que han saqueado a Venezuela».
Al mismo tiempo se compromete con «una política de reencuentro nacional que significa la amnistía o el perdón presidencial para aquellos privados de libertad por delitos cometidos o supuestos delitos por motivación política, sin vulnerar el artículo 271».
El abanderado presidencial, en esta línea, denuncia que «se está fraguando un enorme fraude para obtener impunidad a través de los diálogos secretos, y el último capítulo es el de los sobrinos de Cilia Flores y Nicolás Maduro, que ha sido un bochorno». Es, agrega, «la primera vez en la historia de Venezuela que se utiliza la majestad presidencial, la Cancillería y el poder del Estado para lograr la liberación de dos delincuentes condenados por delitos de narcotráfico internacional. Esto es increíble. El presidente Maduro no se ha dado cuenta de la gravísima trasgresión que ha cometido, y eso le va a costar bastante».
-¿Qué le va a costar?
-Le va a costar mayor desprestigio, desestima dentro de la Fuerza Armada, dentro de los organismos policiales de Venezuela y, por supuesto, el rechazo sonoro que ha habido en la opinión pública. Ese canje, premeditadamente dirigido a lograr la liberación de dos sobrinos de la pareja presidencial involucrados en graves delitos de narcotráfico, es una ofensa a la dignidad nacional, a la dignidad de la presidencia de la república y a la dignidad del pueblo venezolano. Si lo unes a lo anterior, a la Onapre, por eso digo que el presidente Maduro está de salida. Se quedará con su super bigote y la riqueza que amasan miembros de la familia presidencial, pero no ejercerá más la Presidencia de la República.
