Los líderes gremiales entregaron una carta, la número sopotocientos, y se desahogaron con dos funcionarios de la Defensoría y la Vicepresidencia que los escucharon
Cuando los líderes de la manifestación de trabajadores continuaron sus discursos en la Plaza Morelos, mientras la «plana mayor» de los gremios de la salud caminaba hasta la sede de la Defensoría del Pueblo, algo quedó claro: una historia terminaba, la de la protesta que recorrió el centro de Caracas este miércoles 10 de noviembre; y otra historia comenzaba, la de un intento de diálogo que se parecería más a una película de Fellini.
Ya la movilización tuvo sus peculiaridades. Dos uniformados de la PNB se fotografiaron con la marcha a sus espaldas. Viejas consignas, como la versión remozada de “el pueblo/arrecho/reclama sus derechos”, se dejaron escuchar por varias cuadras de la avenida Universidad, a una estación de metro del Palacio de Miraflores. Un jefe policial repartió gel antibacterial a periodistas y manifestantes. Pero el broche de oro fue la conversación entre tres dirigentes gremiales, un representante de la Defensoría del Pueblo y una funcionaria de la Vicepresidencia Ejecutiva.
Pablo Zambrano, secretario de Fetrasalud; Judith León, presidenta de la Federación de Colegios de Bioanalistas y Zenaida Figuera, presidenta de Fetrasalud, se encargaron de entregar una misiva con varias peticiones. Los puñitos que sustituyeron al apretón de manos fueron el punto de partida de un monólogo de quejas, demandas insatisfechas, llamados a actuar.
Sin quitarse el tapabocas, los dos funcionarios se dedicaron a escuchar los reclamos mientras funcionarios del Sebin grababan las intervenciones. Zambrano denunció los bajos salarios, la retención de componentes del sueldo, las bonificaciones por el sistema patria; relató que, si un trabajador muere, se ven obligados a hacer “vacas” para costear los gastos de su entierro o cremación.
“Es lesa humanidad porque nos están sometiendo a no alimentarnos, a no tener medicamentos, a no tener nada. Estamos expuestos. Nos están violando nuestro derecho”, expresó León. “Esta movilización que estamos haciendo es por la dignidad, ya ni siquiera es la vida”, porque “si no me garantizan la salud, ¿cómo tú crees que voy a tener vida?”. Admitió que sus compañeros le han preguntado para qué regresan a la Defensoría y le refutó al funcionario de ese organismo: “Las instituciones deben ser independientes, para defender lo que está establecido en la Constitución; no puede ser para otro fines, porque si es para otros fines, es lo que está pasando”.

El sistema patria “lo que ha hecho es separar más la brecha entre los trabajadores”, relató Figuera. “En septiembre pagaron un bono, no sabemos a cuántos les llegó, a 40% de los trabajadores, y otro 60% no le llegó”. Cuando “vamos a las autoridades, las autoridades dicen ‘eso no es con nosotros’. No sabemos a quién reclamar, no sabemos dónde ir porque estamos en el aire”, lamentó.
“Estamos desamparados”, apuntó León.
El otro problema de los hospitales es el de la escasez de material médico-quirúrgico, subrayó Zambrano. “Desde mayo de 2020 los hospitales no reciben para gastos de funcionamiento, no reciben dinero” y eso “contribuye con el deterioro de la institución. Pero tampoco hay insumos. Los insumos que había en los hospitales eran de la ayuda humanitaria, no han llegado más, no hay medicinas, no hay insumos”. A la gente le entregan una lista, “yo le digo la lista del terror, porque la lista tiene todo lo que hace falta”, describió. “Te dan ese listón, que vale como 500 dólares. La gente que no tiene se muere en su casa. Eso hay que corregirlo”.
El registro pormenorizado de los problemas nacionales continuó por parte de los tres dirigentes gremiales. Los dos funcionarios prácticamente ni parpadearon.
«No sé si es posible,» interrogó Zambrano, “tener una reunión con un funcionario de más alto nivel. El gobierno tiene que darnos alguna respuesta. Cuando (Alfredo) Ruiz estaba muchacho yo lo veía siempre por ahí peleando; que se acuerde de ello”.
El secretario de Fetrasalud ofreció sus excusas a los representantes que les recibieron la carta: “Me disculpan, pero como están ustedes…”, señaló. “Si no los motivamos con todo lo que dijimos no los motivamos más”, remató León.
En un momento determinado, uno de los funcionarios replicó “no es conmigo” y Zambrano respondió “imagínate”.
No pasó a mayores. Esta escena terminó igual que como comenzó: con puñitos, comentarios, más gel antibacterial y sin respuestas. Los gremios, no obstante, reiteraron que comenzarán una cruzada en las calles para ser escuchados.