Edmundo González Urrutia abre una reflexión dirigida a los integrantes de la Fuerza Armada Nacional, cuestionando el costo de sostener un régimen aferrado al poder.
González plantea que muchos uniformados podrían estar preguntándose si realmente vale la pena arriesgarse a una confrontación armada por un gobierno cuya única motivación es mantenerse en el poder.
Para ilustrar su punto, evoca una escena de la guerra en Irak: cuando aún no habían caído las primeras bombas, ya se veían miembros de la Guardia Republicana corriendo en ropa interior por las calles, abandonando sus uniformes. Esto, poco después de que Saddam Hussein proclamara que harían «morder el polvo de la tierra» a los invasores.
El mensaje es claro: «las amenazas y discursos de fuerza suelen ser solo palabras». La verdadera lealtad, según González, no se mide por obediencia ciega, sino por el compromiso con la justicia, la libertad y el bienestar del pueblo.






