La organización Justicia, Encuentro y Perdón (JEP) advirtió el 18 de diciembre que al menos 91 presos políticos en Venezuela enfrentan enfermedades graves, en un contexto que la ONG describe como “violencia estructural” dentro del sistema penitenciario.
En un comunicado difundido en su cuenta de X, la organización denunció que “el deterioro físico progresivo que enfrentan no es un efecto colateral, sino una forma de violencia estructural”, señalando la negación sistemática de atención médica, el incumplimiento de tratamientos y la exposición a condiciones insalubres como factores que ponen en riesgo la vida de los detenidos.
JEP exigió a las autoridades venezolanas adoptar “medidas urgentes y efectivas” para garantizar la salud y la seguridad de todas las personas privadas de libertad por motivos políticos.
Ocho presos políticos con cáncer avanzado
Martha Tineo, coordinadora de JEP, detalló en declaraciones a la agencia EFE que al menos ocho detenidos han sido diagnosticados con cáncer en estado avanzado, incluyendo casos de adenocarcinoma de próstata, cáncer pulmonar microcítico, linfoma no Hodgkin, sarcoma epitelioide y tumores pancreáticos y cerebrales.
La organización también ha identificado 20 presos políticos con enfermedades cardíacas, entre ellas síndromes coronarios agudos, insuficiencia cardíaca congestiva, arritmias severas e hipertensión crónica.
Más de mil presos políticos en el país
En su reporte más reciente, publicado el 18 de diciembre, JEP registró 1.084 presos políticos en Venezuela: 185 mujeres y 899 hombres. La cifra representa un ligero aumento respecto a los 1.082 casos reportados el 3 de diciembre.
La ONG alertó además sobre el incremento de detenciones arbitrarias que derivan en desapariciones, un patrón que, según la organización, genera un “vacío absoluto de garantías” y mantiene a los familiares en un estado de incertidumbre sobre el paradero y las condiciones de sus seres queridos.






