Luis Eduardo Martínez, diputado ante la Asamblea Nacional (AD) y dirigente político de Acción Democrática (AD), indicó como balance de los 11 meses transcurridos de 2025, que la sensación predominante ha sido la incertidumbre.
«El año 2025 concluye marcado por la incertidumbre», sentencia el parlamentario.
Al mirar el tema económico señala que «si bien en los tres primeros trimestres la economía venezolana experimentó un crecimiento importante del Producto Interno Bruto (PIB) y otros indicadores, pronosticados por cierto por varias entidades internacionales, a partir de septiembre se ha ralentizado el crecimiento y el consumo, mientras que la tasa cambiaria oficial y los precios han acelerado su repunte».
«Este comportamiento atípico del último trimestre es producto de la percepción de riesgo de empresarios, comerciantes y público por la presencia en el Caribe de una numerosa flota de Estados Unidos y las amenazas crecientes de la Casa Blanca contra nuestro país», relató el diputado adecó.
En esta misma línea discursiva Matinez, quien también es el rector de la Universidad Tecnológica del Centro (UNITEC), agregó que «en este mismo marco los salarios continúan devaluándose y el mínimo -que es solo una referencia porque los ingresos son distintos- pero también la crisis se evidencia en las pensiones que apenas se ubican al equivalente a tasa BCV de 52 centavos de dólar».
«En cuanto a la producción petrolera, que es la fuente de los mayores ingresos nacionales, consideramos el balance positivo ya que según el último boletín de OPEP de octubre 2025, esta se ubicó en 1,132 millones de barriles diarios en promedio. Esto permite estimar en unos 20.000 millones de dólares como ingresos brutos para el año, lo que supera al presupuesto de ingresos-gastos de la nación vigente aprobado por la Asamblea Nacional”, señala el diputado adeco.
Advierte que la situación es lamentable porque “el país ha sido obligado a vender con descuentos entre 15% y 40%, por las sanciones económicas impuestas desde el extrajero».
“En pocas palabras, 2025 pudo ser un mejor año para la economía y la política venezolana, pero el peso del cerco extranjero, especialmente a partir de septiembre, ocasiona resultados menores a los esperados».
Agrega que la inversión extranjera directa “continúa siendo baja y selectiva, debido a la falta de seguridad jurídica, las sanciones residuales y el alto riesgo país».
También manifestó que «la reestructuración de la enorme deuda externa pública y de PDVSA continúa siendo un problema sin resolver, destacando que en las últimas semanas, por las expectativas de cambio ha triplicado su valor hasta el presente histórico».
En otro orden de ideas denunció que «continúan en el 2025 los problemas estructurales en electricidad, agua, telecomunicaciones, lastres estos para cualquier intento de normalización productiva».
«Algunos definen 2025 como año del estancamiento estabilizador y usan la figura de la semejanza con un paciente estabilizado en la UCI, pero aún lejos de poder caminar por sus propios pies», alertó.
Para finalizar recordó en forma reiterativa que «las sanciones económicas y ahora el cerco son hoy el gran condicionante de la economía venezolana y con ello de lo social».






