En 2021 «hubo 73 derrames petroleros, un promedio de aproximadamente 7 derrames al mes», señala este primer reporte del OEPV
El ambiente en Venezuela está en terapia intensiva. El informe Situación Socioambiental de Venezuela 2021, presentado este miércoles por el Observatorio Venezolano de Ecología Política, advierte que la degradación ambiental en Venezuela «avanza de manera sistemática en todo el territorio nacional». La política gubernamental está orientada a la «creación de enclaves territoriales para así facilitar la intensificación del extractivismo
y el establecimiento de una infraestructura turística para élites económicas en áreas protegidas, como es el caso de la minería aurífera en Yapacana o Canaima, o el turismo VIP en Los Roques o Morrocoy».
La investigación, realizada por Elsa Gabriela Rodríguez, con el enfoque de la ecología política, destaca al menos siete problemas.
Derrames petroleros: «Hubo 73 derrames petroleros, un promedio de aproximadamente 7 derrames al mes, siendo septiembre el mes con más número de incidentes. Falcón, Zulia y Anzoátegui son las entidades que reportaron más siniestros. También se contabilizaron 8 explosiones/incendios en el 2021, siendo Anzoátegui y Monagas las entidades con mayor número reportado de este tipo de siniestros».
Minería. «Los impactos de la minería en la amazonia venezolana son complejos porque incluyen un amplio entramado de actores y redes de poder. La actividad minera está afectando los parques nacionales, especialmente Canaima y Yapacana. También está impulsando la migración de pueblos indígenas; asesinatos y desapariciones; casos de esclavitud moderna; incursión y permanencia de grupos armados irregulares; aumento de casos de violencia de género en las zonas mineras; deforestación y destrucción de ecosistemas acuáticos y terrestres; contaminación con mercurio por bioacumulación en organismos y por dispersión ambiental en ecosistemas acuáticos y las cuencas hidrográficas en general. Los proyectos de explotación de minerales no metálicos también están perjudicando los ecosistemas y a las comunidades, pero estos conflictos socioambientales han sido menos visibilizados mediáticamente que aquellos que se dan en el contexto del Arco Minero del Orinoco».
Deforestación. «Existen reportes cada vez más frecuentes de deforestación debido a talas realizadas por particulares en diversos estados del país. Aunque este tipo de deforestación tiene una escala mucho menor, de igual modo genera un impacto ambiental. El OEP sistematizó 131 reportes de tala puntuales en distintas entidades del territorio; identificando como factores impulsores de la mismas: ausencia de controles y regulaciones ambientales por parte de las autoridades, así como corrupción; poda y tala sin criterio de árboles urbanos por parte autoridades locales (alcaldías y gobernaciones); cambio del uso del suelo; tráfico ilegal de madera; ocupaciones ilegales en parques nacionales y carencias de gas doméstico».
Turismo depredador. «Durante el año 2021, se produjeron diversas denuncias que apuntan a una violación sistemática de los reglamentos de uso de los parques nacionales para así posibilitar en ellos la ejecución de actividades prohibidas. Parques nacionales como Canaima, Morrocoy, Los Roques y Waraira Repano/Ávila están sufriendo agresivas modificaciones a fin de instalar en ellos una infraestructura turística lujosa o en otros casos para disfrute de particulares, que suponen un impacto socioambiental sobre estas áreas protegidas. El caso del Parque Nacional Waraira Repano/Ávila ha sido uno de los más emblemáticos debido a que en el 2021 su Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso fue sujeto a consulta pública para su modificación. Asimismo, en noviembre el Ejecutivo Nacional indicó que constituirá una ciudad comunal en dicho parque».
Gestión de residuos sólidos. «En la actualidad, el Estado no garantiza a la población venezolana el manejo adecuado y sostenible de los desechos y residuos, lo cual genera diversos problemas ambientales y de salud pública», alerta. Según un reporte de la organización Aula Abierta «el 40% de los venezolanos no cuenta con acceso al servicio de recolección y gestión de basura. La ausencia o el irregular servicio de aseo urbano conmina a las comunidades a deshacerse de los residuos mediante la quema de los mismos, siendo esto una práctica que también ocasiona problemas de salud. Por otra parte, el 80% de los desechos generados en el país se deposita en vertederos a cielo abierto, lugares en los cuales a su vez se vive una grave situación social que se refiere a la cantidad de personas que trabajan en condiciones deplorables recogiendo desechos en esos espacios sin que se les garanticen derechos laborales o la información y formación requerida para este trabajo».
Crisis del agua. «En Venezuela, podemos afirmar que hay una crisis hídrica. Esto es debido tanto al severo problema de acceso al agua y la calidad de la misma, como a un proceso de seria afectación de las cuencas hidrográficas que tiene impactos negativos en los ciclos del agua y, por tanto, en el conjunto de la vida. Varios estudios revelan que hasta un 90% de la población venezolana ha tenido algún problema de acceso al líquido, siendo uno de los asuntos que ha generado más protestas en el país. De acuerdo al Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, durante los meses de julio, agosto y septiembre de 2021, el acceso al agua potable ocupó el primer lugar en el índice de servicios básicos más exigidos. De enero a agosto de 2021, se produjeron un promedio de 85 protestas al mes en Venezuela relacionadas con el servicio de acceso de agua potable. Es importante señalar que la problemática del acceso al agua afecta de forma diferenciada a las mujeres. En un estudio realizado por las Comadres Púrpuras y otras organizaciones arrojó que el 66% de las encuestadas reportaron una o más enfermedades o dolencias producto de cargar agua como dolores de espalda, brazos y piernas. Desde cargar peso, cancelar actividades cuando llega el agua, imposibilidad de una adecuada higiene menstrual, hasta exposición a la violencia en el proceso de recolección de agua son algunas de las consecuencias de la falta de agua en las mujeres venezolanas».
Cambio climático. «En el caso de Venezuela, el cambio climático acentúa la desigualdades sociales y la situación de vulnerabilidad en la que ya se encuentra sumergida la población venezolana. Además de la crisis socioeconómica, nuestra sociedad tendría que enfrentar los riesgos asociados al cambio climático que se expresan en inundaciones en zonas costeras; sequías y precipitaciones extremas; que afectaran la agricultura». En 2021 «se produjeron diferentes eventos climáticos extremos en el mundo y nuestro país no fue la excepción».