Comenzó el 29 de abril y terminó el 22 de mayo. Candidatas y candidatos se enfrentaron al desinterés que caracteriza este tipo de elección con el añadido de los llamados a no votar de una parte de la oposición
Corta, porque se extendió del 29 de abril al 22 de mayo (menos de un mes). Atípica, entre otras razones, porque se desarrolló en un contexto en el que factores de oposición sigue reclamando los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. Así fue la campaña para las elecciones regionales y legislativas del 25 de mayo, que terminó ese jueves con actos de calle por parte del chavismo y ruedas de prensa y pronunciamientos por parte de organizaciones que lo adversan.
Manuel Rojas Pérez, dirigente de la Alianza del Lápiz, la caracterizó como «una campaña desigual» y sostuvo que «cuando poníamos propaganda, el PSUV inmediatamente colocaba propaganda encima». Ha sido, describió, «una campaña con las uñas, durante la que también hemos tenido problemas con las policías municipales porque no nos dejaron hacer activismo a pesar de que la Ley Orgánica de Procesos Electorales lo permite».

Pero también destacó «la otra parte», porque «la gente está receptiva, está abierta y está dispuesta a escuchar». La misma visión tiene Luis Eduardo Martínez, candidato a la Gobernación de Miranda por 20 organizaciones: «La gente está dispuesta a escuchar el mensaje». No obstante, refirió que les ha tocado enfrentar la tendencia natural a la baja participación por el tipo de elección, «más una campaña feroz para no votar».
La encuestadora Delphos estima que la participación sería de 15 %, y que llegaría a 20 % en el mejor de los casos.
Lo que percibió José Luis Taly, candidato de Acción Democrática, es que la campaña fue muy corta y que «la gente está triste» por la situación económica y política. «Se siente en el alma y en el estómago».
La instrucción del jefe de campaña del oficialismo, Jorge Rodríguez, fue bajarse de las tarimas y caminar con las personas. Se trataba de «poner la oreja en la voz del pueblo, en lo que el pueblo decía. Por eso dijimos más abrazo y menos tarima», reiteró Rodríguez.
Para el chavismo, la campaña también estuvo marcada por las denuncias de presuntas actividades conspirativas y planes violentos. El ministro de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, informó el pasado lunes 19 de mayo la captura de 38 personas -que calificó como mercenarios nacionales y de otras nacionalidades- supuestamente preparadas para desestabilizar el país.

Para Maribel Castillo, candidata de Soluciones y el Movimiento Ecológico, la campaña permitió la compenetración con la ciudadanía en las redes sociales y en las calles. Castillo marcó la diferencia entre lo que sucede en redes sociales, con el llamado a la abstención por parte de la Plataforma Unitaria; y lo que pasa en los sectores populares, en los que la población «está más clara» y dispuesta a sufragar.
En sus actividades de campaña el diputado y candidato a la reelección, Omar Ávila, constató la disyuntiva de la población «entre votar y no votar», pero además entre «las promesas políticas versus las realidades cotidianas».
Cada bloque político tiene su visión del proceso que viene. Manuel Rojas Pérez subrayó que la población quiere oír propuestas diferentes. A juicio de Jorge Rodríguez hay «un renaciente entusiasmo».