Trabajadores de la educación y de la salud, entre otras áreas, se reunieron en plaza Caracas para cantarle el «cumpleaños infeliz» al salario mínimo. También llevaron una urna. Los grupos progobierno se colocaron en la entrada del Ministerio del Trabajo. Una barrera de uniformados de la FANB y de la PNB impidió que las palabras se convirtieran en algo mayor
Plaza Caracas, poco después de las 10 de la mañana. Los trabajadores de base llevaron una urna de cartón y una torta para cantarle el «cumpleaños infeliz» y hacer el velorio al salario mínimo, en el Ministerio del Trabajo, al cumplirse un año de su aprobación. Los defensores de Nicolás Maduro se reunieron debajo de un par de toldos a criticar las sanciones contra el gobierno.
Como lo explicó Adrián Bolívar, presidente de Fenasoesv, los trabajadores siguen a la espera de un aumento salarial que el gobierno no termina de aprobar.
La funcionaria Ada Benítez, coordinadora del despacho del viceministerio, bajó de la sede del ministerio a escuchar los planteamientos de los sindicatos de base. Ofreció subir a reiterar las exigencias, y bajar en cinco minutos con una respuesta.
Cuando Carlos Salazar, coordinador de la Coalición Sindical Nacional, y Eduardo Sánchez, presidente de Sinatra-UCV, caminaron del busto del Libertador Simón Bolívar en plaza Caracas a la entrada del Ministerio del Trabajo, los grupos progobierno se colocaron en la puerta.
Una barrera de uniformados de la Fuerza Armada, además de funcionarios de la PNB, impidió el contacto entre unos y otros manifestantes. La guerra fue, entonces, de consignas, para ver quién gritaba más duro.
Uno dijeron «con hambre y sin empleo con Maduro me resteo», y otros acusaron a Maduro de farsante. El «no volverán» del chavismo-madurismo fue replicado con un «enchufados, enchufados».
En medio del forcejeo le cantaron cumpleaños infeliz al salario y bailaron la urna. El sueldo tuvo su buen festejo.
Los trabajadores de base salieron a la avenida con torta y urna mientras los defensores de Maduro gritaban victoria popular. La manifestación culminó en la plaza Miranda, conde se comieron la torta y dejaron la urna.