Calcular la participación es una de las tareas más complicadas para la Plataforma Unitaria y sus aliados. Poner un número en la calle resultaría poco prudente por aquello de la generación de expectativas
La Comisión Nacional presidida por Jesús María Casal ya puso los números sobre la mesa sobre la infraestructura que usarán para las elecciones convocadas para el 22 de octubre.
El anuncio se hizo el día previo al comienzo formal de la campaña electoral que inicia este 22 de agosto según lo establecido en el cronograma.
La Comisión Nacional de Primaria anunció que serán 3.008 centros de votación y 5.133 mesas el andamiaje que sostendrá el proceso comicial que aspira escoger al candidato que derrote al oficialismo en las elecciones pautadas constitucionalmente para 2024.
La infraestructura electoral estará presenta en 331 de los 335 municipios y en el 96,5% de las parroquias, según lo informó Roberto Abdul.
Lanzando cifras
Con estos números salimos en la búsqueda de una proyección de la participación apoyados en una serie de consultas a expertos en materia electoral nos atrevimos a hacer un ejercicio.
Las cifras son: Un registro electoral de 20,7 millones electores con posibilidades de votar, de los que casi 400 mil están en el exterior.
Partiendo de los 3.008 centros de votación y la 5.133 mesas es necesario decir que no se puede cubrir todo el registro electoral anunciado. Para unas elecciones nacionales presidenciales se activan por lo menos el triple de los centros de votación.
Ningún político o analista serio, en su sano juicio, podría esperar que se abriera ese nivel de centros porque se trata de unas primarias.
¿Cuánta gente puede votar realmente?
Por otra parte se hace necesario saber cual es el universo real de votantes que puede tener la primaria convocada para el 22 de octubre.
A los 20,7 millones de personas del registro electoral anunciado deben restársele alrededor de cuatro millones de personas de la diáspora lo que pondría la cifra en 16 millones de personas.
Los expertos electorales vinculados indican que existen por lo menos dos millones de personas que votan en ciudades distintas a las que viven, lo que lleva el universo susceptible de participar a 14 millones de ciudadanos.
Asimismo, asesores en materia electoral que han sido consultados por la Comisión nacional de Primaria señalan que existe por lo menos un millón de personas que tienen sus datos desactualizados, lo que impide que participen. Esto coloca la cifra en 13 millones de personas.
También se hace necesario tomar en cuenta la abstención histórica del país que se ubica alrededor de 20%. Esto colocaría el universo real de los 11 millones de personas habilitadas para votar realmente.
En este momento hay que preguntarse: ¿Cuántas personas puede atender una mesa de votación?
Los expertos indican la experiencia venezolana indica que cada mesa puede atender un promedio de 600 votantes, y siendo una votación sencilla, donde es un solo voto, se puede esparar celeridad en el proceso.
Si para la primaria opositora habilitan 5.133 mesas, la infraestructura estaría preparada para darle respuesta a alrededor 3 millones de votantes de manera cómoda.
La primaria tiene dos números referenciales que la retan:
Los casi cinco millones de personas que votaron en contra del oficialismo en 2021 y los 3,1 millones que votaron en las primarias de 2012.
Los analistas en materia electoral señalan que no se puede esperar la votación completa de unas regionales para el evento de 22 de octubre, así que las proyecciones de algunas encuestas tendrían asidero cuando indican que se podría esperar, en un escenario optimista, 2,8 millones de votantes, cerca de 25% del universo real de habilitados para votar.
Frente a este escenario la Plataforma Unitaria tiene el reto de llegar a movilizar esa cantidad de personas en un escenario absolutamente diferente al de 2012.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Bastará esa cifra para darle legitimidad al candidato electo?
No tenemos bolas de cristal para ver el futuro. Solo andamos con pies planos, pisando tierra y evaluando la realidad política, económica y social del país.