Espera ser diputada para «oponerse al Estado comunal que quieren instalarnos». Es candidata por UNT y Unión y Cambio y se compromete a seguir luchando con sus vecinos de Caracas
A Celeste Pérez no le da pena salir a la calle a pedir el voto. «Nosotros, como partidos y como dirigentes, somos iguales que ellos. Como ciudadanos, pasamos por el mismo guayabo, por la misma tristeza y nos sentimos de la misma manera», replica de inmediato. Pérez, candidata a la Asamblea Nacional por el Circuito 5 de Caracas en la tarjeta de Un Nuevo Tiempo y la de Unión y Cambio, insiste en que ella «agarra metro» y sabe cómo es la cosa en la calle.
«Soy enfermera de oficio, formación y vocación», resalta. «La verdad es que el 28 de julio nos dio duro a todos, pero hay un dicho popular que dice que en esta vida hay quienes se sientan a llorar y otros se sientan a vender pañuelos. Nosotros tenemos que darle un mensaje de fuerza y esperanza a ese pueblo».
¿Cómo? «Hoy les estoy dando la cara a mis vecinos, porque yo misma fui la que salí a buscar los votos el 28. Yo estoy con mis vecinos hoy, pero antes tuve que resguardarme, sentí el mismo pavor que sintieron los venezolanos, pero decidí romper el miedo, romper las barreras y decir ‘no, mis vecinos se merecen que yo salga a darles la cara, mis vecinos se merecen que yo esté con ellos, se merecen desahogarse’. Tienen derecho».
Pérez describe su campaña como de escucha activa. «Después de que el venezolano suelta lo que tiene apretadito en el pecho, te vuelve a ver la cara y se da cuenta de que eres la misma persona que estuvo antes del 28 de julio, la misma que está ahorita. Cuando sueltan el tapón y nos ven la cara, son sonríen, porque somos hermanos. Nosotros no somos extraterrestres, somos los mismos que llevamos años pateando la calle».
Explica que comenzó en la militancia política hace 16 años, y se ha mantenido en la misma organización. «Me siento muy orgullosa. Llevo mi casita azul siempre conmigo, porque es una casa en la que cabemos todos los venezolanos. Yo salí a protestar por RCTV, salí a protestar por becas y salarios. Tranqué calles por salarios profesorales y yo no era profesora».
La candidata sostiene que en Venezuela «se logró el cambio», y el 28 de julio «este país dijo ‘cambiamos’. El 28 este país alzó la voz y dijo ‘no queremos más esto’. La gente tiene que seguir alzando la voz las veces que sea necesario. Nosotros no somos el primer país que pasa por esto». Habla sobre México, Polonia y otras experiencias. «El venezolano decidió cambiar, y es una decisión tomada. No podemos permitir que eso se desconozca y que la desidia se apodere».
Para el 25 de mayo, remarca, «lo primero es salir a buscar el voto, que es lo que estamos haciendo. Es buscar el voto y decirle al venezolano que confíe, porque sus líderes no se van a dar por vencidos. También digo ‘que se roben lo que se quieran robar, pero no les voy a regalar nada’. Mi futuro, el de mi familia, lo construyo yo».
Promete no doblegarse, seguir adelante en la lucha política. «No doblegarse es no dejar de intentarlo, porque ¿quién tiene la fuerza, el aparato económico? No podemos hacernos los ciegos. Hasta en las peores guerras ha habido negociación y diálogo. Tampoco nos podemos poner intransigentes».
El Parlamento, a su juicio, debe «oponerse al Estado comunal que quieren instalarnos»; tanto así, que teme que esta sea «la última generación de políticos electos bajo voto popular». Y se pregunta: «¿Vamos a dejar de luchar los espacios? Jamás. ¿Vamos a hacer silencio ante esa posibilidad? Jamás. Si no se participa ahora, ¿qué va a pasar con el Estado comunal? No podemos dejar la democracia sola, huérfana. La democracia tiene hijos, padres, hermanos. No la podemos dejar sola. Hay que salir a defenderla».