Bruno Gallo milita en las palabras diálogo y negociación. El parlamentario y dirigente de Avanzada Progresista ejerce el verbo en la Asamblea Nacional (AN) aunque a veces ese verbo lo ha hecho blanco de respuestas no amistosas. Sin embargo, persiste en la democracia. Por eso, forma parte de una iniciativa de consenso que debe llevar «a ir generando un fuerte movimiento político que se entienda con el gobierno, que sea opositor al gobierno, porque el gobierno bastantes errores comete, pero que esté dispuesto a resolver los problemas de los venezolanos entre venezolanos». Si ese entendimiento se amplía, explica, «podemos generar una fuerza política que vaya reconstruyendo una institucionalidad que ha sido herida no solo por el autoritarismo del gobierno, sino por los excesos de una oposición que gusta de los atajos y de las evasiones».
Es crítico con ambos sectores. «Venezuela requiere urgentemente de la generación de consensos entre los sectores que asumen la vida política con el discurso de la política y no con el discurso de la guerra. Venezuela está harta de convocatorias a la guerra, de tambores de guerra, de ese poema según el cual la guerra de hoy es la paz de mañana, pero la historia ha demostrado que la guerra de hoy puede ser una inestabilidad muy prolongada», afirma.
Hay que construir, plantea Gallo, el encuentro «entre los venezolanos que amamos la paz, los que creemos que la paz no tiene sucedáneos, que la paz es necesaria para construir democracia y construir prosperidad». Se está trabajando en un consenso democrático y nacionalista «que no acepta que nadie venga a poner orden donde solo los venezolanos podemos poner orden».
¿Por qué el gobierno aceptaría? «Porque tenemos un panorama suficientemente tenso como para que el gobierno acepte una nueva interlocución con la sociedad democrática. Hay condiciones distintas», razona. «Lo he dicho en varias oportunidades, y lo han dicho distintos voceros de la oposición democrática, que el gobierno no puede seguir tratando la negociación como una especie de triquiñuela; tiene que entender que la negociación es una forma de que los venezolanos podamos vivir mejor. El gobierno no puede entender que imponer su agenda sea democrático; debe entender que la democracia es el respeto a la diversidad, y nosotros queremos expresar esa diversidad».
-¿Va a haber un espacio para eso?
-Creo que vamos a tener que ser muy venezolanos: como vaya viniendo, vamos viendo. Estos espacios tienen que ser flexibles, el Poder Legislativo que está por instalarse el 5 de enero va a ser diferente, y espero que también el gobierno tenga una actitud distinta con este Legislativo que la que tuvo con el anterior. Creo que debemos ir construyendo espacios cada vez más cercanos a la gente, que la gente se involucre para reconstruir el tejido social y político democrático.
Pero para llegar a ese punto, tal como lo plantea, el primer paso «es generar un cierto consenso entre nosotros; tenemos que estar de acuerdo en una agenda mínima de cinco o seis puntos, y con esa agenda mínima, sentarnos a entendernos con el gobierno, peor también sentarnos a hacer cara a quienes creen que Trump, que está destruyendo la democracia norteamericana, puede venir a reconstruir la nuestra».
Son, entonces, dos agendas: Una, «para un sector antidemocrático de la oposición»; y otra, para un gobierno «que no es precisamente democrático».
-De cara a ese sector opositor, ¿cuál es la agenda?
-La agenda es entendernos hasta donde sea posible y confrontarlos hasta donde sea necesario.
-¿Hay diálogo con María Corina Machado?
-Debería. Tiene que haber diálogo con todo aquel que esté dispuesto a dialogar con un sector que asume la democracia como respeto a la diversidad, y en ese sentido, también respetamos a ese sector de la oposición, que tuvo una virtud: recoger el descontento popular. Podemos sentarnos con esa virtud a dialogar, como demócratas que somos.
-¿Cuál sería la agenda para el gobierno?
-La política económica del gobierno es un desastre. El gobierno debería ampliar la mesa de discusión sobre una política económica inclusiva, que vaya más allá de los dogmas del socialismo del siglo XXI y que recoja las opiniones de especialistas, de empresarios, de sindicalistas, de la clase obrera; que recoja las opiniones de la sociedad venezolana. La economía está afectando a todos los venezolanos, de tal manera que todos los venezolanos tendrán algo que decir sobre la precariedad en la que vivimos.
-¿Presos políticos?
-Rescatar la idea de democracia significa rescatar que no debe haber delitos de opinión. Deberían ser puestos en libertad muchos venezolanos que nadie sabe por qué están en condición de prisión.






