Ahora «viene la segunda ronda del rescate de rehenes donde se tensará la cuerda aún más, porque volverán a pedirles que libere a los restantes a cambio de nada… y habrá que ver si el chavismo, ahora que conoce el juego de Trump, será capaz de pedir algo a cambio o los entregará confiando en su buena voluntad», consideró el analista de entorno
El economista y analista de entorno Benjamín Tripier considera que la permanencia del oficialismo en el poder está supeditada a los tiempos y el criterio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
«Con la llegada de Trump a la presidencia del jugador más grande del mercado, todos los demás países -China incluida- se encuentran en desigualdad de posiciones, considerando que, si bien un país cualquiera pudiera ser más poderoso que EEUU en algún tema en particular, cuando Trump decide poner todo el peso de su país al negociar cualquier tema, entonces ese país debe retroceder y aceptar lo que dice el más fuerte», señala Tripier en su análisis semanal.
En esta dirección, recuerda que la primera prueba la tuvo que enfrentar el presidente Petro de Colombia, «que quiso jugar a la “igualdad” y rechazarle un pedido específico, a lo que EEUU -el país más grande- le lanzó un tsunami de medidas que lo llevó a casi perder el poder, y tuvo que retroceder con un costo muy alto que, medido a estas alturas le puede haber hecho perder la reelección. Claro que las medidas retaliativas se tomaron, pero se dejaron en suspenso… por si alguna vez en el futuro se le ocurre jugar a ser “iguales” … que no lo son… Los EEUU son los más fuertes».
Se refiere a la visita del enviado especial de Trump, Richard Grenell, quien se reunió con el mandatario Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores. «Algo así ocurrió con la primera visita de Grenell a Venezuela que no tuvo que dar nada a cambio, porque si les pedían algo… bueno se les venía encima un infierno… y el chavismo -resistente- entendió que su continuidad, larga o corta, depende de la voluntad de Trump. No hay motivo para creer que no les ofreció nada… y que no negoció».
Recuerda que ahora «viene la segunda ronda del rescate de rehenes donde se tensará la cuerda aún más, porque volverán a pedirles que libere a los restantes a cambio de nada… y habrá que ver si el chavismo, ahora que conoce el juego de Trump, será capaz de pedir algo a cambio o los entregará confiando en su buena voluntad y siguiendo la línea de “un día a la vez”.
Todo hace pensar que, desde el estreno de su segunda presidencia, «Trump está abriendo personalmente y en simultáneo, todos los frentes que prometió en campaña; y que está dejando los siguientes pasos a su equipo de gobierno. Entonces, sus equipos seguirán y llevarán a la práctica los lineamientos públicos, que todos conocemos, y los privados, que en realidad no conocemos, y que son la principal fuente de incertidumbre… y que, en el caso de Venezuela, seguramente está la explicación de porqué pasa lo que pasa y por qué no pasa lo que todos esperamos que pase».
Tripier evalúa que, con Trump en el gobierno, «debemos prepararnos para el pensamiento lateral o las ideas disruptivas. Los cuales, sin cambiar el logro del objetivo final, sí cambian la aproximación y el devenir al que estábamos acostumbrados, y ahora podría pasar por cualquier otro lado… Con Trump se hace válida la frase de que “el futuro ya no es lo que solía ser”.
A su juicio, Venezuela tendrá que esperar su turno «en la cola de las prioridades de los gringos, porque ya está claro que, sin ellos, el chavismo se quedará, haciendo desaparecer el futuro que una patria como Venezuela se merece, y que con ellos nunca se logrará… sino todo lo contrario… seremos menos que Haití, y eso es ya mucho decir».