Según datos que maneja el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, el apoyo a la primaria sigue siendo alto. En una encuesta realizada a finales de noviembre, el 90 % de las personas que se consideraban opositores tienen la intención de participar en unas primarias
El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, Benigno Alarcón, argumentó que algunos factores democráticos ven las primarias con recelo y preocupación. «Para algunos partidos políticos negociar la candidatura presidencial puede ser un proceso tremendamente importante porque en esas negociaciones se manejan como van a participar los otros partidos en el gobierno, o en la campaña o en los diferentes procesos. Hacer unas primarias significa para los organizaciones políticas una cuota de sacrificio importante que al final del día es desprenderse de la capacidad de esa negociación y entregarle esa decisión a los ciudadanos. Eso hace que algunos partidos vean las primarias con recelo«.
El profesor universitario asegura que los partidos democráticos venezolanos saben que los ciudadanos no están dispuestos a que se les imponga un candidato para medirse contra Nicolás Maduro en 2024. «No hacer las primarias significaría un gran riesgo para la participación de la gente. Yo soy de los que piensan que si la gente no escoge a su representante posiblemente no vaya a votar en unas supuestas presidenciales. La primaria es una obligación y la única manera de que no se realicen es una decisión de índole mayor. En la medida de lo posible, si la primaria se puede realizar hay que hacerla».
En ese sentido, Alarcón sostiene que el enemigo de las primarias es el gobierno de Nicolás Maduro. «Movilizar más de cuatro millones de personas en una primaria no será muy algo que el gobierno vea con simpatía. Al final del día lo que pasa es que el gobierno tratará de poner obstáculos a ese proceso. Lo que es fundamental es entender que la primaria tiene enemigos dentro de la oposición y fuera. Algunos opositores, detractores de este proceso, tienen conexión con el gobierno, otros no necesariamente. Lo fundamental es que la gente defienda su derecho a elegir y que la gente haga de cualquier otro camino poco viable para tener una posibilidad para las próximas elecciones presidenciales».
Panorama de las primarias
Según datos que maneja el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, el apoyo a la primaria sigue siendo alto. En una encuesta realizada a finales de noviembre, el 90 % de las personas que se consideraban opositores tienen la intención de participar en unas primarias.
«Incluso, aquellos de los que no consideran opositores, sino independientes -que dicen que no están ni con el gobierno ni con la oposición- el 67% estaría dispuesto a participar en las primarias. Esto indica que eso da un aproximado de cuatro millones de personas sin contar los venezolanos en el extranjero», aseveró Alarcón.
Para el analista, uno de los temas más álgidos es la participación de los venezolanos en el extranjero. «Entendemos las dificultades para la participación de los venezolanos en el extranjero, pero también confiamos en la organización de ellos para realizar y participar en unas primarias», recordó que una elección de este tipo, con la participación de venezolanos en el exterior, no es inédito y es posible porque ya se ha realizado en otras ocasiones (2012).
«El potencial de participación es altísimo y no podemos dejar que dos o tres decisiones mal tomadas apaguen la llama de esa esperanza. Lo que hay que hacer ante esas propuestas que no son de nuestro agrado es alzar la voz. Tenemos que darle al pueblo el protagonismo que desean para poder elegir a su representante», dijo.
¿Primarias con o sin CNE?
Alarcón dice que el ciudadano que tienen la intención de participar en la elección primaria desea que los comicios estén bajo control de árbitros independientes.
«No es un secreto para nadie que el Consejo Nacional Electoral no goza de la confiabilidad del ciudadano. En los estudios de opinión el CNE sale maltratado desde hace muchos años. Los venezolanos cuando votan no lo hacen porque confían en el árbitro, votan a pesar del árbitro. Vota un poco para imponer su voluntad sobre lo que puede considerar la parcialidad del árbitro», sentencia Alarcón.
«En conclusión, el ciudadano preferiría unas primarias en la que haya la menor participación posible del CNE o, por lo menos, que no tenga la capacidad de decisión propiamente dicha. Lo importante de estas primarias es que haya tanta participación de la ciudadanía como sea posible y poca participación del CNE», indicó.
Asegura que «la intervención del CNE genera peligros importantes, porque si yo pongo los Centros de Votación, yo tengo -de alguna manera- la capacidad para retrasar ese proceso o escoger los lugares para bajar la participación. Si yo soy el que tiene la última palabra sobre si se va a votar con máquina o votar manualmente, entonces evidentemente yo puedo tomar decisiones que generen la desconfianza sobre el secreto del voto. Yo creo que hay que manejar con mucho cuidado la participación del CNE».