El movimiento social y político Alianza del Lápiz, ha hecho público un comunicado en el que salieron al paso, con una posición firme y nacionalista, a las últimas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en relación al petróleo venezolano. «La propiedad soberana de las minas, los hidrocarburos y el territorio venezolano pertenece a la Nación venezolana», subrayaron.
En este documento hecho público a través de las redes sociales de la organización, suscribieron que es indiscutible esta titularidad: «Pertenece a la Nación, a cada venezolano, esté donde esté y piense lo que piense«.
Haciendo un breve repaso histórico por las contribuciones globales, en materia de hidrocarburos de la nación caribeña, en el mismo comunicado establecen que es inaceptable – y recuerda los peores reflejos del colonialismo que el mundo dice haber superado- que una potencia extranjera pretenda interrumpir el derecho del pueblo venezolano a comerciar libremente estos recursos en los mercados del mundo. «Rechazamos también que operadores políticos venezolanos que hacen vida en el exterior se sumen a amenazas y agresiones contra Venezuela», establecieron.
¡Ni robo, ni atropello!
Asimismo, defendieron que la nacionalización petrolera, calificada por este movimiento como una estatización prevista por la «Ley que reserva al Estado la industria y comercio de los Hidrocarburos«; por tratarse de una iniciativa soberana, legítima, realizada en apego a las normas legales nacionales e internacionales, y acompañada de indemnización a las compañías afectadas.
«No fue un robo ni un atropello: el debate no era sobre los yacimientos, que son del soberano, sino sobre infraestructura, derechos y reglas de operación», se lee en la misma comunicación.
En este sentido, de forma enfática agregaron que el petróleo es del pueblo soberano: «Ningún bando -interno o externo- puede siquiera atreverse a negociar la titularidad y la propiedad absoluta de las riquezas venezolanas. Ningún interés de facción puede poner en jaque algo que jamás, bajo ninguna ideología, doctrina, costumbre o acto delincuencial, puede discutirse: la titularidad soberana del subsuelo corresponde al pueblo venezolano. La administración se discute, se corrige y se transforma. La propiedad no».






