La hija menor del hombre denunció en la policía científica que la mujer que se encontraba en el lugar, cambió la versión de los hechos en varias ocasiones
Juan Francisco Rivas (65) quedó tendido en la sala de su casa ubicada en Quebrada Honda, frente a la arepera El Batacazo. Eran las 9:00 p.m. del martes. Pero el hombre no estaba solo; una mujer de nombre Haidé Valdivieso -presuntamente su pareja sentimental- lo acompañaba para el momento, y se conoció que no convivían juntos.
No fue sino dos horas después cuando Valdivieso llamó a una hermana de Rivas y le informó que estaba muerto. Transcurrida la medianoche, una comisión de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana acudió a la residencia y llevó el cuerpo a la morgue del hospital Vargas, al que luego llegó Génesis Rivas, hija menor del sexagenario.
Finalmente, el cadáver de Rivas fue ingresado a la morgue de Bello Monte y mientras, su familia exigió una investigación exhaustiva debido a las incongruencias en el relato de Valdivieso, al momento de ser abordada por los funcionarios policiales, a quienes dijo que mientras estaba en el baño, escuchó el golpe y al salir, el hombre ya estaba muerto, presuntamente por una caída.
Le corresponde a la policía científica adscrita al Eje Central de Investigaciones de Homicidios, avanzar en las pesquisas y determinar los verdaderos motivos que originaron la muerte de Rivas, de quien se supo, era trabajador activo de la Alcaldía de Caracas, donde se desempeñaba como vigilante, desde hacía veinte años. Previo a ese empleo, limpiaba zapatos en la calle.
Génesis Rivas relató a la prensa este miércoles que habló con su padre -vía telefónica-, a las 4:00 p.m. del martes. “Mi papá me dijo que le revisara la cuenta bancaria, porque tenía que comprar algunos víveres”.
Acotó además que el señor Rivas no presentaba ningún cuadro clínico que pudiese sorprenderlo.






