Se autorizó el paso de todos quienes en sus pasaportes llevaban un sello de salida de Colombia con fecha del 25 de agosto, incluso aunque ya hubiera pasado la medianoche
El terminal de Rumichaca, en la frontera entre Colombia y Ecuador, se vació de migrantes venezolanos la madrugada de este lunes 26 de agosto, apenas dos horas después de que entrara en vigor el nuevo requisito de visa humanitaria.
Después de un fin de semana en el que se calcula que ingresaron unos 10.000 venezolanos, a alrededor de las 2:00 de la madrugada, no quedaba ni un solo venezolano en los corredores enrejados que conectan las dos terminales.
Reseñó un cable de noticias de la agencia EFE que el último millar de venezolanos ingresó en un tiempo récord (de tres horas) desde que les sellaron los pasaportes en el lado colombiano, hasta que salieron por la terminal ecuatoriana con destino a la estación de autobuses de Tulcán y dirigirse desde allí a otros destinos en el país; la mayoría a Perú.
Fuentes policiales en el terminal dijeron a la agencia de noticas que se autorizó el paso de todos quienes en sus pasaportes llevaban un sello de salida de Colombia con fecha del 25 de agosto, incluso aunque ya hubiera pasado la medianoche.
Las gestiones de los funcionarios del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para agilizar los trámites fue crucial, asegura el reporte, para que familias enteras cruzaran de un lado al otro al filo de la medianoche.
«Queríamos pasar rápido por lo de la visa y por los niños, fue un tramo largo y duro», dijo entre lágrimas, a la agencia española de noticias, Adriana Romero, quien cruzó la frontera junto a su pareja y sus dos hijos ya pasada la medianoche.
Esta familia, continúa la agencia, que no tenía previsto salir de Venezuela, aceleró sus planes de viaje: «por lo duro de la situación» y la entrada en vigor de la «visa humanitaria» en Ecuador «y a duras penas llegaron a tiempo» .
De Venezuela salieron hace «cinco o seis días», y como gran parte de los migrantes que han llegado en las últimas jornadas se dirigen a Perú, donde tiene a una prima que les va a dar alojamiento.
La decisión de exigir visa a los venezolanos la decidió el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, a finales del pasado julio, con el argumento de que era necesario regular la situación en un país donde se han radicado más de 300.000 migrantes estos dos últimos años.
Hasta ahora, los venezolanos podían presentar únicamente documentos de identidad como la cédula, el pasaporte y antecedentes penales.
El trámite del visado fue habilitado esta misma semana por la Cancillería ecuatoriana a través de sus consulados virtuales, y costará 50 dólares en gastos de gestión únicamente.
Un precio que causa cierta decepción entre los migrantes, entre otras razones porque conseguir ese dinero en Venezuela es muy difícil por la extrema situación de crisis que vive el país.
«Hay muchas personas que no tienen, llegamos aquí con ayuda, y la verdad es que no me parece justo», señaló Romero sobre esa medida.
Yormeli Martínez, otra de las venezolanas que estaba en la terminal y que se dirigía también a Perú, explicó a EFE que, aunque sabían desde hace tiempo el requisito de visa, tuvieron que esperar hasta último momento «porque allí no es fácil» conseguir el dinero para el viaje.
El efecto disuasorio de la visa se comenzó a sentir desde media tarde, cuando en el lado colombiano de la terminal la fila se redujo considerablemente.
Para primera hora de la noche, el terminal ya estaba casi completamente vacío, y sólo en el lado ecuatoriano se prolongaba la espera.
En el bajo número de migrantes de última hora influyó también el cierre de una carretera, por reparaciones, entre las ciudades colombianas de Pasto e Ipiales, que conduce al puente de Rumichaca.
El puente permanece abierto las 24 horas del día y muchas familias que han pasado estos últimos días aún pernoctaban esta noche en la terminal ecuatoriana a la espera de la tramitación de documentos.
Unos cobijados bajo mantas, otros caminando para calentarse y fumando, y los más pequeños con gorros y guantes, hacían frente a temperaturas de 6-7 grados en una terminal donde proliferaban también los ofrecimientos de vendedores ambulantes.
Por el momento se desconoce la cifra de venezolanos que han quedado del lado colombiano de la frontera y tenían intención de cruzar hacia suelo ecuatoriano.
Oficiales y personal de las agencias humanitarias desplegadas a ambos lados de la frontera indicaron que en los últimos días era patente la afluencia de familias enteras con hijos, algunas de hasta tres generaciones, que la medida adoptada por Ecuador, les decidió a dar el paso de llegar al país.