La COVID-19 obligó a los trabajadores a una conmemoración inédita: dentro de sus hogares
Debido al distanciamiento impuesto como medida para combatir la COVID-19, las protestas por el 1 de mayo se harán en el hogar. Esto ocurrirá en Venezuela y en el mundo. La misma enfermedad que mantiene a los trabajadores en la casa, en una situación inédita, alentará los reclamos en el mundo, por el trato dado a la crisis.
Griselda Sánchez, coordinadora nacional de la coalición de trabajadores públicos del sector educación venezolano, anunció un tuitazo a las 4 de la tarde y un cacerolazo a las 8 de la noche.
La etiqueta, que esperan posicionar de 4 de la tarde a las 7 de la noche, es #noalpaquetazodemaduro. A las 8 de la noche «vamos a tocar pitos, a aplaudir, a cantar», invitó. «No le pusimos un tiempo, pero por lo menos 20 minutos».
Con el tuitazo «queremos que se sepa internacionalmente que vivimos la peor crisis del mundo», indicó Sánchez, y que el ejecutivo debe rectificar sus políticas. «Estamos exigiendo 500 dólares» de ingreso, pero para soportar la cuarentena se plantean una bonificación de 100 dólares.
Igualmente esperan que cese «el acoso contra los trabajadores», y citó el caso de docentes que han participado en protestas y a quienes les intentaron quitar la bolsa de alimentos CLAP.
Sánchez reiteró que es imposible que un trabajador se sostenga con el salario mínimo. «Por supuesto que rechazamos» el monto del aumento del salario mínimo anunciado por el gobierno. «Una persona que gana cuatro dólares no tiene cómo comer un día».
Quisieran que los llamen «pero para darnos respuesta», aclaró, y para «que nos paguen nuestras deudas contractuales».