Alí Misael Acosta, presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) en Portuguesa, insistió en que los docentes «no somos subversivos; nosotros tenemos un lápiz, un borrador, una tiza y un cuaderno. Nosotros no tenemos armas; las armas las tiene el gobierno con sus colectivos
Bajo la lluvia se concentraron en la sede de la Unión Europea en Caracas, este jueves 8 de febrero, un grupo de maestras y maestros, además de dirigentes de la Coalición Sindical Nacional, para solicitar la mediación de este organismo a fin de que el gobierno cumpla con sus compromisos.
Alí Misael Acosta, presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM) en Portuguesa, puntualizó que presentaron un documento para pedir la intervención de la UE: «Nos están pagando salarios de hambre, nos están pagando salarios de miseria», no hay HCM, «el Ipasme lo acabaron» y los beneficios que corresponden por convención colectiva «no los roba la Onapre». La política del gobierno, acusó, «tiende a acabar totalmente con la educación en el país»; a su juicio, al oficialismo le conviene «venezolanos que no sepan leer, que no sepan escribir, que no piensen, que no razonen» para así poder «perpetuarse en el gobierno».
Insistió en que los docentes «no somos subversivos; nosotros tenemos un lápiz, un borrador, una tiza y un cuaderno. Nosotros no tenemos armas; las armas las tiene el gobierno con sus colectivos».
Acosta subrayó que incluso hay dirigentes sindicales presos. Este jueves, la protesta estuvo vigilada por una patrulla del Sebin: «Es psicoterror que está aplicando el gobierno. Necesitamos que la comunidad internacional vea que en este país estamos siendo amenazados 24 horas diarias».
«Estamos consignando documentos en cuanto a la serie de violaciones individuales, colectivas y laborales que este gobierno está ejecutando en contra de los venezolanos y en contra de los trabajadores. Esperamos de estos organismos diplomáticos internacionales que puedan ejercer su función diplomática con mucha certeza», expresó Adrián Bolívar, presidente de Fenasoesv.
La profesora Ofelia Migliaccio, integrante de la Coalición Sindical, denunció que en su centro de trabajo, la Unidad Educativa Miguel Otero Silva, fue amedrentada el pasado 5 de febrero por la directora y subdirectora de la institución, así como por personas presuntamente relacionadas con el PSUV. «Levantar la voz de la manera que lo hago… Sí tengo temor, pero alguien lo tiene que hacer». Afirmó que la han acosado «porque estamos exigiendo un salario digno» y calificó de inhumano el pago de bonos que no permiten adquirir la canasta alimentaria.
Migliaccio describió que querían «empezar a imputarme cosas para quizá sacarme de la nómina del Ministerio de Educación, o perseguirme». Una compañera de trabajo le refirió que el Cicpc la estaría investigando para ver «si mis declaraciones pueden ser delito». Relató que llevó la denuncia a la Defensoría del Pueblo, y que allí fue atendida. Sin embargo, aclaró que sigue dando clases en educación primaria.
«Queremos que la comunidad internacional actúe ante el gobierno nacional, porque en ninguna de las mesas que se han realizado se ha tocado el problema de los trabajadores», resaltó Acosta. Hay organizaciones «discutiendo la metodología que van a aplicar» para el salario, criticó: «Señores, pisen tierra firme, ¿cuál metodología si eso está escrito en la Constitución Nacional? El salario tiene que ser acorde con el incremento de la cesta básica».
El docente se preguntó qué se puede esperar del «horario mosaico» que se aplica en los planteles públicos. «Si la educación con un maestro con hambre, con un alumno con hambre, en cinco días de trabajo es insuficiente, ¿qué se puede esperar de un trabajador con tres días? ¿Para qué puede servir esa enseñanza que estamos dando, si se puede llamar enseñanza?».