Desde que el caso sumó a Natalia Améstica como principal sospechosa, ella busca poder encontrar una salida judicial a su situación. Y por lo mismo decidió remitir una carta a sus abogados en Chile con su versión de los hechos
El 18 de diciembre del 2023, la Fiscalía de Venezuela reconoció públicamente que la muerte de Canserbero, cuyo nombre es Tirone González (26), y su productor, Carlos Molnar, no se indagaría más como un suicidio, sino que como un homicidio, donde apuntaban a la responsabilidad de la pareja de Molnar y mánager del artista, Natalia Améstica, quien una semana después de esta versión de las autoridades venezolanas reconocía en un video ser la autora del crimen y su hermano, Guillermo, el principal encubridor.
Según el diario chileno La Tercera, «Natalia Améstica entregó un testimonio escrito a sus abogados que, de acuerdo a su versión, el artista mató a su pareja y luego se suicidó«. El 26 de diciembre, sin embargo, se había difundido por parte de la Fiscalía de Venezuela un video en que la mujer reconocía el crimen, algo que su familia y cercanos atribuyen a «torturas y hostigamientos por parte de las autoridades, dado que al momento de la grabación estaba esposada e incomunicada».
Desde que el caso sumó a Natalia Améstica como principal sospechosa y que está detenida, busca poder encontrar una salida judicial a su situación. Y por lo mismo decidió remitir una carta a sus abogados en Chile -Ciro Colombara y Jennifer Alfaro– con su versión de los hechos, en un testimonio completamente diferente al que grabó en diciembre.
Con esta nueva versión la defensa de Natalia busca resolver su situación judicial, para que al menos pueda tener abogados en Venezuela e iniciar un proceso que les entregue las garantías para ejercer su derecho a defensa.
«Sin perjuicio de que los hermanos Améstica son inocentes del delito de que se les acusa, como ciudadanos chilenos esperamos que el Estado defienda sus derechos frente a una investigación penal en que se está violando gravemente el debido proceso y su derecho a defensa en Venezuela», explican Ciro Colombara y Jenifer Alfaro.
En esa misma línea, Colombara y Alfaro agregan que «la supuesta confesión que ha difundido el fiscal como fundamento de la acusación no resiste ningún análisis serio desde la perspectiva de derechos humanos: después de semanas de incomunicación, sin conocer las pruebas del caso, sin abogados presentes y con las manos amarradas».