En Venezuela, las iglesias católicas llevan más de seis meses cerradas, desde que detectaron los primeros casos de coronavirus en el país
Sin duda la pandemia por la COVID-19, cambió la dinámica en todos los aspectos de la vida, lo que obligó a millones de personas en el mundo a reinventarse para desarrollar sus labores cotidianas.
Hemos sido testigos de cómo las casas se convirtieron en oficinas, escuelas, negocios y hasta templos, porque la iglesia no escapa de esta realidad, en nuestro país las iglesias cerraron sus puertas hace más de seis meses, las misas se realizan de forma privada y sin presencia de fieles.
También les tocó reinventarse. Seguramente hemos escuchado del retorno de los autocines, pero, ¿alguna vez nos imaginamos una «automisa»?, pues en la iglesia La Coromoto de El Paraíso, en Caracas, la fe se vive sobre cuatro ruedas.
Desde una de las puertas laterales, no es una película lo que se proyecta, es la eucaristía lo que viven los fieles a bordo de sus vehículos en el estacionamiento de esta parroquia capitalina, los sábados y domingos de las semanas de flexibilización, con dos celebraciones diarias, una a las 7:00 am y otra las 4:00 de la tarde.
Un equipo logístico de menos de 10 personas, guardando todas las medidas de bioseguridad, se encarga de recibir a quienes participan en la automisa. El estacionamiento tiene capacidad para 30 carros, cada uno de ellos con un máximo de cinco personas. El cupo se obtiene a través de las redes sociales de la parroquia, y próximamente a través de un formulario web que anunciarán. Aseguran que los feligreses se han organizado para dar oportunidad de participar a todos.
La misa es la misma que se haría dentro del templo, sin embargo, quienes la viven no pueden bajar de sus carros, al momento del padrenuestro se sacan las manos por la ventana como señal de unidad, la paz se comparte con un cornetazo y quienes deseen comulgar deberán encender sus luces intermitentes y recibir el cuerpo de Cristo en las manos.
Esperan que esta alternativa pueda desarrollarse en los lugares donde cuenten con los espacios y medios necesarios, mientras duren las restricciones por la pandemia de la COVID-19.
A través de sus redes sociales, @lacoromotodecerca en Instagram, siguen prestando los servicios para atender a la comunidad.