“Bolívar, bolivariano no es un pensamiento muerto, ni mucho menos un santo para prenderle una vela…”, dice en una canción que apunta a acercar a Simón Bolívar a la calle, a la gente, al hombre con virtudes y defectos que fue, como lo señala Inés Quintero.
La historiadora sentencia: “A 242 años después de su nacimiento es tiempo de irlo humanizando”, afirmación que pareciera coincidir con la idea que se expresan en los versos de Alí Primera con que iniciamos este texto.
Inés Quintero destaca que la figura de Bolívar debe ser alejada de la instrumentación política que termina alejándolo del puesto que se merece en la percepción de los venezolanos.
Desde Contrapunto.com llamamos a Inés Quintero para conversar brevemente sobre las lecturas que pueden hacer de El Libertador por estos tiempos convulsos.
-Cómo mirar a Simón Bolívar a la distancia de 242 años de su nacimiento en la realidad venezolana.
-Simón Bolívar es un personaje que no ha tenido muchas variaciones respecto a su apreciación a lo largo del tiempo entre los venezolanos. Está la visión mítica, idealizada, que es lo que ha prevalecido fundamentalmente, y también una reiteración de usos políticos sobre su persona.
Inés quintero es enfática al decir que “a 242 años después de su nacimiento es tiempo de irlo humanizando, aterrizando y tratando de hacer un análisis más cercano y también con una carga crítica”.
“Yo creo que ha habido esfuerzo sobre todo de atender el culto a Bolívar y de hacer valer las condiciones históricas en las que él tuvo acción y presencia, pero me parece que lo más importante, transcurrido tanto tiempo, es la posibilidad de una aproximación menos idealizada y más humana”, sentencia la estudiosa de la historia.
DETRACTOR NO ES CRÍTICO
-Cómo percibir a Simón Bolívar hoy, siendo uno de los venezolanos que nos coloca en el mapa mundial, pero también usado como herramienta política.
-Simón Bolívar es un personaje que todavía en el presente tiene miradas muy controversiales. Se ha desatado una tendencia muy detractora, que yo quiero diferenciar entre detractora y crítica, muy detractora de denuncia y de condena. Básicamente de juicio y condena contra Simón Bolívar, creo que derivado también de las tensiones políticas que suscita el realidad venezolana.
Agrega que en el último cuarto de siglo “lo que ha representado es el uso político de Bolívar” y señala que ese “uso político asociado a una supuesta condición revolucionaria porque fue convertir a Bolívar en adalid de la revolución”.
A juicio de Quintero esto constituye “una distorsión absoluta de lo que es su significación histórica de acuerdo al tiempo que le tocó vivir; eso ha permeado como en una especie de rechazo y animadversión hacia la figura de Bolívar”.
“Me parece que es un debate que debe ser abierto y, sobre todo, despojarlo de esa instrumentalización política que se ha convertido en una negación, y cada vez en una manera más distante, ajena y tergiversada de la significación histórica que tuvo Bolívar en su momento. Que no tiene que ver con las exigencias ni realidades ni demandas ni condiciones políticas del presente”, afirma quien es individuo de número de la Academia Nacional de la Historia.
-Como leer a Simón Bolívar en su dualidad de prócer, pero también el político cuestionado por muchos.
-Me parece que no hay propiamente una dualidad de prócer y político. Yo creo que Bolívar fue un hombre que, por supuesto, tuvo una presencia y relevancia política indiscutible. Fue también eso: un constructor de proyectos, de ideas y no obstante eso termina llevándolo a la condición de prócer.
Quintero se detiene un momento para explicar su afirmación: “El prócer es un resultado más de una construcción posterior y no lo que refleja al político que fue, o la figura como conductor de tropas, al pensador de proyectos políticos y de elaboración de documentos de altísima representación y significación en su momento”.
Entonces, me parece que no es propiamente una dualidad de prócer y político. Creo que fue un conductor político, que fue convertido en prócer y que seguramente esa dualidad es más una construcción posterior que una situación que lo identifique en su momento, dentro de lo que fue su presencia y su impacto histórico en el tiempo que le tocó vivir”.
-La figura de Bolívar puede superar el manoseo del poder, la mitificación que genera el culto al héroe, la santificación en altares de religiones paganas y el rudo cuestionamiento de sus detractores.
-Personajes como Simón Bolívar es muy difícil que puedan quedar al margen de tantas manipulaciones, manoseos o tergiversaciones. Si fue polémico en vida y su actuación, y muchos de sus actos generaron discordias, contradicciones, enfrentamientos, tensiones, eso se reproduce, se agiganta y se multiplica posteriormente como resultado de las construcciones historiográficas, de las representaciones, de las idealizaciones, de las detracciones.
Quintero con voz reflexiva señala que “la comprensión de Bolívar como figura histórica, es que hay que entender que su dimensión y su relevancia está asociada a la significación histórica de su trayectoria. Del impacto que tuvo su actuación y sus ideas, su presencia en el momento de la independencia.
“Creo que todo eso que acompaña y que ha acompañado en el tiempo a Bolívar son construcciones que han desvirtuado, desnaturalizado, instrumentalizado lo que representó como personaje histórico”, sentencia la historiadora.
Finalmente señala que “lo que corresponde no es pretender borrar todo eso, porque eso son construcciones que no dependen de la acción individual. Creo que lo que corresponde es humanizarlo, despojarlo de tanta idealización y también entender que las posturas críticas lo que pretenden una valoración que discuta y que se someta a debate muchos de los hechos polémicos en los cuales, inevitablemente, tuvo presencia y participación y que fueron determinantes, pero que eso no se convierta en un juicio moral o en una condena anacrónica».
